La unidad de salud familiar enfrenta una crisis por la falta de agua potable, afectando la higiene y el servicio a los pacientes. Analizan instalar un tanque como posible solución.

La unidad de salud familiar (USF) del barrio San Antonio lleva tres meses sin acceso al servicio de agua potable, lo que obliga al personal a acarrear agua de los vecinos para realizar tareas básicas de limpieza. La falta de suministro ha generado preocupación entre los trabajadores de salud y la comunidad, ya que compromete la atención a los pacientes.
El concejal municipal Alfredo Medina explicó que el problema se debe a la falta de presión en el sistema de la Essap, ya que la USF comparte el suministro con una institución educativa ubicada en el mismo predio. Ambas dependen del mismo conducto de agua, lo que dificulta la distribución equitativa del servicio.

Ante esta situación, el consejo de salud local se reunió esta mañana para analizar posibles soluciones. Una de las alternativas en estudio es la instalación de un tanque de agua, lo que permitiría garantizar el abastecimiento al centro asistencial. Mientras tanto, el personal sigue dependiendo de la solidaridad de los vecinos para sobrellevar la crisis.