La última vez que el cometa C/2023 A3 ‘Tsuchinshan-ATLAS’ brilló con todo su esplendor sobre el firmamento de la Tierra, el Homo sapiens apenas construía herramientas rústicas y desarrollaba técnicas para sobrevivir a la naturaleza. En 2024, el objeto volverá a aparecer en el firmamento, brillará por dos días y luego desaparecerá por un par de milenios más.
De acuerdo con observatorios espaciales, el cometa ‘Tsuchinshan-ATLAS’ alcanzará su perihelio el próximo 27 de septiembre de 2024. Hasta ese día se determinará si el objeto sobrevive o no a la interacción con el Sol. Si supera la prueba, el mejor momento para observar a C/2023 A3 serán los días sábado 12 y domingo 13 de octubre, cuando reduzca su distancia al mínimo con la Tierra, según refiere Starwallk.
Astrónomos de la Universidad de Cambridge estudian las condiciones necesarias para que un cometa sea capaz de transportar moléculas prebióticas intactas a otro planeta.
Cómo ver a C/2023 A3 ‘Tsuchinshan-ATLAS’
El 27 de septiembre ‘Tsuchinshan-ATLAS’ podrá ser visto durante unas horas a plena luz del día. Posteriormente el cometa desaparecerá de la vista, aunque volverá a brillar a principios de octubre. El día 12 estará a más cerca que nunca, a 0.48 Unidades Astronómicas de distancia (es aproximadamente la separación de Mercurio y el Sol). A partir de ahí comenzará a perder su luz hasta desaparecer por completo a mediados de noviembre.
Objetos como C/2023 A3 están compuestos casi en su totalidad de hielo. Por un lado, los fragmentos del bólido quedan detrás de él en forma de una cola que refleja la luz del Sol. Por el otro, el hielo sublimado forma una especie de atmósfera alrededor de la roca que incentiva su brillo. Es por estos dos fenómenos físicos que los cometas comienzan a verse mejor cuando están más cerca de una estrella, aunque el espectáculo natural alcanza su clímax cuando pasan “a lado” del planeta.
‘Tsuchinshan-ATLAS’, el cometa milenario
Los científicos no conocen del todo a ‘Tsuchinshan-ATLAS’. El primer encuentro con él ocurrió el 9 de enero de 2023 por el Observatorio de la Montaña Púrpura (Tsuchinshan) de China. El 22 de febrero del mismo año el centro ATLAS de Sudáfrica confirmó el objeto hasta entonces desconocido. Debido al descubrimiento conjunto, la comunidad astronómica lo nombró extraoficialmente como la unión de los centro de observación. A pesar de tener todavía un brillo muy leve, es posible saber que proviene de la nube de Oort y completa una órbita en 26,000 años.
Si nada extraño ocurre con el cuerpo, será observable a simple vista en el hemisferio norte como uno de los objetos más relucientes en el cielo. Modelos de predicción de brillo aparente estiman una magnitud máxima de -0.1. Para contrastar, la segunda estrella más brillante de cielo, Canupus (Alpha Carinae), tiene una escala de -0.7, mientras que Saturno cuenta con una magnitud de -0.5. Las estrellas más brillantes tienen una magnitud negativa, mientras que las tenues son catalogadas bajo un sistema positivo.
Conforme se acerque el cometa ‘Tsuchinshan-ATLAS’ los astrónomos podrán conocer más sobre sus características físicas y si estas han derivado en otros fenómenos sobre la Tierra. Los cometas más famosos, considerados grandes o gigantes, dejaron anillos de hielo que cada año ocasionan lluvias de estrellas. Por ejemplo, el cometa Halley mide 15 kilómetros de largo y 10 de ancho. Las lluvias de meteoros Eta Acuáridas y Oriónidas son en realidad los rastros que Halley dejó a su paso por el sistema solar.