Las emisiones de óxido nitroso (N2O) han crecido un 40% entre 1980 y 2020, de acuerdo con el informe ‘Global Nitrous Oxide Budget 2024’. El fenómeno agota la capa de ozono, agrava el cambio climático y contribuye a la contaminación del suelo, el agua y el aire. Los científicos advierten que la tendencia amenaza el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París.
El trabajo fue realizado por la organización Global Carbon Project, dirigido por investigadores del Boston College y publicado en la revista Earth System Science Data. Analizó los niveles de concentración del gas de efecto invernadero en la tierra, la atmósfera, los sistemas de agua dulce y el océano, documentadas durante las últimas cuatro décadas en diversas partes del mundo. La evaluación es considerada la más completa hasta la fecha.
Los hallazgos concluyen que durante el periodo examinado se inyectaron a la atmósfera más de 10 millones de toneladas de N2O. Las actividades agrícolas fueron responsables del 74% solo en la década de 2010. Los investigadores encontraron 18 fuentes antropogénicas y naturales y tres sumideros absorbentes del compuesto. Señalan que entre 2020 y 2021, el óxido nitroso fluyó en el ambiente a un ritmo más rápido que en cualquier otro momento. La concentración atmosférica del gas alcanzó 336 partes por mil millones (ppb) hace dos años. La cifra supone un aumento de 25% con respecto a los niveles preindustriales y está por encima de los pronósticos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas.
El reporte señala que China, India, Estados Unidos, Brasil, Rusia, Pakistán, Australia, Indonesia, Turquía y Canadá son los principales productores de emanaciones de óxido nitroso. Algunas de estas naciones han implementado políticas y prácticas para disminuir las emisiones. Sin embargo, resultan insuficientes para cumplir los convenios climáticos internacionales.
Hanqin Tian, profesor de sostenibilidad global del Instituto Schiller en Boston College y principal autor del artículo, advierte que si la tendencia se mantiene como hasta ahora, el cumplimiento del Acuerdo París estaría en riesgo. “Las emisiones de óxido nitroso provenientes de las actividades humanas deben disminuir para limitar el aumento de la temperatura global a 2°C”. Añade que no existen tecnologías que puedan remover el contaminante del ambiente.
El óxido nitroso es más potente que el CO2
El N2O atrapa 300 veces más calor que el dióxido de carbono. Puede perdurar decenas de años y es responsable de entre el 6 y 7% del calentamiento global, según los científicos. El uso de fertilizantes químicos en la agricultura y desechos animales en las tierras de cultivo son las principales fuentes de emisión.
Tian sostiene que es necesario realizar evaluaciones más frecuentes para que los esfuerzos de mitigación se refuercen en las regiones y dentro de las actividades que más contaminan. Afirma que se requiere de un inventario mejorado de fuentes y sumideros para avanzar en el cumplimiento del Acuerdo de París. “Si bien ha habido algunas iniciativas exitosas de reducción de nitrógeno en diferentes regiones, encontramos una aceleración en la tasa de acumulación de óxido nitroso en la atmósfera en esta década”.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que existe un 80% de probabilidades de que la temperatura media del planeta supere los 1.5°C sobre los niveles preindustriales en al menos uno de los próximos cinco años. “Detrás de estas estadísticas se esconde la sombría realidad de que estamos muy lejos de cumplir los objetivos fijados en el convenio climático mundial. Debemos esforzarnos más para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o pagaremos un precio cada vez más alto en términos de billones de dólares, millones de vidas afectadas por un clima más extremo y grandes daños al medio ambiente y la biodiversidad”, sentenció Ko Barrett, secretario general adjunto de la OMM.
Los expertos afirman que existe un gran déficit de financiación en sectores como la agricultura para adoptar prácticas y nuevas tecnologías que permitan contener la crisis climática. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que esta industria en América Latina y el Caribe absorbe el 23% de los daños y pérdidas generados por las olas de calor y las modificaciones en el ciclo del agua. La cifra se eleva a 82% en el caso de las sequías. Los sistemas agroalimentarios y el uso de las tierras de cultivo son responsables del 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero.