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El ciclo OSCA Joven presentará hoy a cuatro nuevos directores

PYN
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Maura Mármol, Juan Gerardo Ayala, Juan Sebastián Giménez y Paulo Orué son los cuatro nuevos directores que, en esta ocasión, tomarán la batuta para dirigir a la OSCA. Esto forma parte de un ciclo impulsado por la institución, para dar espacio de desarrollo a nuevos talentos de la dirección.

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Los tres primeros conversaron con ABC sobre esta oportunidad que se les da luego de muchos años de estudio, como Maura, quien desde su natal Coronel Oviedo aprendió a amar la música gracias al legado de su padre. Ella eligió el violín, y luego se vio encantada por la dirección. “De una familia entera de agrónomos yo soy la única que siguió la música”, contó Mármol, quien también pudo tomar clases en el exterior.

En tanto, Juan Giménez, oriundo de General Aquino, San Pedro, recordó también heredar el gusto por la música de su padre, quien le inculcó ese amor. Con él aprendió primero guitarra pero luego le llamó la atención el teclado.

“San Pedro es uno de los departamentos más carenciados no solo en la parte formativa, artística ni qué decir, pero cuando me fui perfilando hacia la música asistí a clases de piano en una colonia menonita a 30 kilómetros de casa e iba una vez por semana”, relató el músico, a quien la dirección le llamó la atención cuando Sonidos de la Tierra llegó a su zona.

Maura Mármol.
Maura Mármol.

Mientras que Juan Gerardo es de Carapeguá y empezó a los 12 años también con Sonidos de la Tierra, “casi autodidacta porque no había profesor de flauta traversa”, dijo, recordando que era un constante ir y venir también a Asunción, hasta que entró a la universidad, al mismo tiempo que también le nacía el interés por la dirección.

“Sigo estudiando, formándome, mientras veo que hay como un resurgimiento de la dirección y que los maestros estén creando estos espacios es muy bueno para todos. Uno aprende y se equivoca, muchas veces no tenemos esas oportunidades ni en las universidades o conservatorios, entonces uno necesita prácticas reales”, dijo.

El llamado de la batuta

La dirección te da como otra forma de ver la música, siendo un músico más pero tratando de sacar algo de todos los compañeros. El director tiene que manejar a las 80 personas, conocer el contexto de la obra, lo histórico, analizarla armónicamente y después recién se puede parar en el podio para dirigir con un conocimiento profundo”, mencionó Juan Gerardo.

Por su parte, Maura mencionó que le llamó este mundo por la admiración que sentía pero también pensando en lo que ella podía aportar. “Es una forma distinta de ayudar a que la orquesta funcione, hacer música juntos, que suene compacto, es un trabajo de hormiga, estamos desafiados siempre”, reconoció.

Juan Gerardo Ayala.
Juan Gerardo Ayala.

En tanto, Juan Sebastián recordó cómo al comienzo le impactaban los gestos y movimientos de los directores que veía y cómo de esa forma lograban sonidos. “Cuando me fui formando me dí cuenta que no son solo gestos adrede, tienen sus objetivos”, señaló, destacando también que, como compositor, le interesa cómo “la figura del director va ligada con la figura del intérprete”. “Veo como una buena oportunidad que la dirección sea un canal para dar a conocer obras nacionales”, reconoció.

Un paseo por la música del mundo

Todos coincidieron en que armar el repertorio para cada uno fue un desafío, ya que debían proponer una obra que les gustaría dirigir y elegir otras de un repertorio sugerido. El concierto de hoy comenzará así con Maura, quien dirigirá “La scala di seta”, de Rossini; “Libertango”, de Astor Piazzolla, y “Mis noches sin ti”, de Demetrio Ortiz, con el tenor Jorge Servián como solista.

En tanto, Juan Sebastián aprovechará la ocasión para estrenar su obra “Danza paraguaya Nº 2″ y también una selección de música paraguaya con polcas de César Cataldo. “El arpa siempre admiré, me gusta y forma parte de la cultura musical paraguaya que creo que tiene que estar musicalmente presente”, dijo, subrayando que se destacará en esta parte Lucas Zaracho, un arpista pilarense.

Juan Sebastián Giménez.
Juan Sebastián Giménez.

Juan Gerardo, por su parte, eligió el Concierto para Clarinete, de Artie Shaw, que “tiene mucha influencia del jazz, boogie, blues”, por lo que promete ser una propuesta llamativa, donde será solista José Cabrera. También dirigirá el Vals de las flores, de Tchaikovsky y “Ravel pu rory”, de Julio Escobeiro.

El programa se completa con las obras que dirigirá Paulo Orué, que son “Truenos y relámpagos”, de Johann Strauss; “Alfredianas”, del Cuarteto Zitarrosa, y “Mimby pu”, de Emilio Bigi.

Desafíos y sueños cumplidos

Para todos, el hecho de haber sido convocados ya es un logro. Juan Gerardo por ejemplo, recuerda que el año pasado debutó ante la OSN y ahora, por primera vez, dirigirá a la OSCA. “Desde pequeñito los veía y era un sueño tocar con ellos, así que dirigir es un honor doble”, dijo el músico que en varias oportunidades ya fue solista con la flauta traversa.

Al respecto, Maura confirmó que se trata de un desafío que hay que tomarlo con la responsabilidad que implica. “Es una responsabilidad mucho mayor al estar en el podio ya que somos el instrumento del compositor para que la gente pueda llegar a disfrutar lo que escribió el compositor”, expresó, para luego resaltar el trabajo y respeto de la OSCA “porque somos estudiantes, nadie es titular de años aún, y respetan las ideas diferentes”, dijo.

Asimismo, Juan Sebastián consideró que se trata de un “trabajo camaleónico”, ya que uno debe ser consciente de que la orquesta está muy pendiente de cada movimiento. “La orquesta está mirándote, atendiendo tus tiempos, tus entradas, incluso tus respiraciones para algunas partes importantes. Por más de que uno esté nervioso hay que demostrar lo contrario, porque o si no tu orquesta se va a dar cuenta. El feedback de los colegas es en base a lo que uno da enfrente. Hay que pararse con fuerza”, planteó.

Paulo Orué.
Paulo Orué.

El futuro de la dirección

Con todas estas reflexiones, ellos llegan confiados y seguros, y también a la espera de que este universo se siga desarrollando en el país. Detallaron que en Paraguay, si bien hay un énfasis de dirección orquestal en la UNA, no hay propiamente una carrera exclusiva del área.

Desde su visión general, Juan Gerardo planteó que “el nivel de dirección es todavía bastante inicial en cierto sentido porque no hubo un camino, una escuela como en otros países, donde se sigue una técnica, una bibliografía; todo es gracias a los maestros que, con cursos, están impulsando a la formación de otros valores”, observó.

Maura, a su vez, añadió que un profesor decía: “los alumnos son el reflejo de su maestro” y ella siente nota que al no haber una escuela de dirección forjada, la visión es una mezcla de muchas cosas. “La dirección orquestal en Paraguay es un Frankesteien, no solo de los cursos sino de las ideologías que los maestros traen, son como muchas líneas que convergen. Sí vamos por buen camino pero estamos todavía lejos de otros países. Pero yo creo que eso es una riqueza para nosotros porque tenemos el desafío de estudiar un montón y forjar nuestro camino orquestal”.

Juan Sebastián coincidió con sus colegas y notó que cuando los grandes maestros de la actualidad se retiren, los lugares pueden quedar vacíos “porque no hay escuela, una corriente o institución que se haya encargado de formar”. Resaltó los cursos y seminarios impulsados como respuesta a eso. “Estos espacios que generan las orquestas son también, a veces, prueba y error porque no todos los conciertos salen como uno quiere, pero así uno aprende, así que seguimos en desarrollo”, cerró.

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