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De la aviación a los quirófanos: Este centro de simulación con robots y maniquíes inteligentes combate errores médicos, salvando unas 400,000 vidas al año

PYN
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En la aviación, los simuladores de vuelo desempeñan un papel crucial en la formación y desarrollo de los pilotos profesionales. Esta práctica — que inició en 1954, cuando United Airlines compró cuatro simuladores de vuelo a un costo de 3 millones de dólares a Curtiss-Wright — es segura y rentable para practicar diversas maniobras y procedimientos. Se utilizan tanto para la formación inicial como para la formación recurrente, ayudando a los pilotos a mantener y perfeccionar sus habilidades. Inspirándose en esta experiencia, los profesionales de la salud adoptaron el uso de simuladores con maniquíes inteligentes que ‘sangran’ y se quejan; también robots de alta precisión, creando un entorno seguro para practicar procedimientos críticos y, en última instancia, salvar vidas reales.

El Dr. Rodrigo Rubio, director del Centro de Desarrollo del Centro Médico ABC.

“El 70% de los accidentes aéreos en los años 80 se debían a decisiones erróneas. En medicina, estudios sugieren que entre 100,000 y 400,000 muertes anuales en EE.UU. están vinculadas a errores evitables. La simulación busca cambiar eso”, explica a WIRED el Dr. Rodrigo Rubio, director del Centro de Desarrollo del Centro Médico ABC, un espacio que cuenta con 1,200 m² y cinco áreas clave ubicado en Santa Fe, al poniente de Ciudad de México. El objetivo es reducir errores médicos —responsables de hasta 400,000 muertes anuales evitables en EE UU— y elevar la calidad de la atención mediante metodologías innovadoras inspiradas en sectores como la aviación, donde la simulación disminuyó un 80% los accidentes por fallas humanas.

En un mundo donde el error humano en medicina sigue siendo una causa preocupante de muertes evitables —desde diagnósticos equivocados hasta complicaciones quirúrgicas—, la apuesta por la capacitación basada en simulación se consolida como una solución crítica.


Dr. Nadine Hachach-Haram standing whilst holding a surgical mask

Dos médicos, separados por miles de kilómetros, llevaron a cabo una cirugía utilizando un robot. Es el comienzo de un importante cambio en la forma de operar.


El centro de simulación integra tecnologías avanzadas y metodologías innovadoras para transformar la formación médica. Utiliza simuladores de alta fidelidad con maniquíes que sangran, convulsionan o reaccionan a medicamentos, recreando escenarios clínicos realistas. Además, incorpora Realidad Virtual (RV) para practicar procedimientos complejos, como bloqueos nerviosos o cirugías laparoscópicas, en un entorno controlado.

Para fortalecer habilidades blandas, emplea actores profesionales en situaciones emocionalmente intensas, como comunicar una complicación permanente a una bailarina de 23 años, un ejercicio que no solo tensiona la sala, sino que también enseña empatía y comunicación efectiva. Tras cada simulación, se realiza un debriefing reflexivo, donde no solo se analizan los errores técnicos, sino también los modelos mentales detrás de las decisiones.

«No se juzga al participante; se explora por qué eligió una dosis equivocada. Quizás leyó un estudio nuevo o siguió un protocolo obsoleto», explica el Dr. Rodrigo Rubio.

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