El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) destacó, que ante periodos de déficit hídrico prolongado, en regiones como el norte del país se está empezando a optar por cultivos alternativos como el maní, el sésamo, el sorgo, algodón y otros, que se consideran “más rústicos” y pueden ofrecer rentabilidad para los productores. Hasta el momento, las proyecciones indican que persistirá la distribución irregular de lluvias en todo el territorio nacional.
El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) señaló que las altas temperaturas y las precipitaciones dispersas y en cantidades inadecuadas se han acentuado en perjuicio de la agricultura familiar en los últimos años. De ahí que resalta la importancia de innovar en los cultivos, manejo de los mismos y ventanas de siembra.
La campaña 2024/2025 y zafriña 2025 no fueron la excepción y se enfrentaron a las mismas condiciones climáticas adversas, por lo que los productores están empezando a optar por otros rubros más rústicos y rentables como el maní, el sésamo, el poroto, sorgo, algodón y más, especialmente en el norte del país, donde vienen atravesando periodos más largos de déficit hídrico. En este contexto, cooperadores del Programa de Agricultura Sostenible con Biotecnología (PASB), del Inbio, fueron quienes demostraron que se puede desarrollar una agricultura más sostenible y adaptada a las diferentes circunstancias.
“Es importante resaltar que todos estos cultivos igualmente se pueden incorporar dentro del sistema de siembra directa, lo que ayuda a un manejo más sostenible y una mejor productividad”, destacó la organización. Enfatizó además en el rol protagónico de la cobertura de suelo, que tiene la función de amortiguar el cambio brusco de temperatura y evitar una salida muy rápida de la humedad.
Lea más: Rotación de cultivos: el sorgo gana superficie en diferentes zonas productivas
Esta técnica permite mantener un “microclima” de suelo de cinco a siete grados menos que en uno sin cobertura y permite conservar más humedad para el desarrollo propicio del cultivo. Facilita además una mayor infiltración del agua de lluvia y reduce la germinación de semillas de malezas por la falta de luz.
Evolución de los rubros alternativos
El productor Leonardo Montanía, de Liberación (San Pedro) implementó la diversificación de su unidad productiva con la siembra de sésamo, maní y poroto, además de soja y maíz.
Según datos del Inbio, el sésamo le rindió en promedio 650 kilogramos por hectárea, siendo un cultivo que se adapta a las condiciones de la zona. Sembró además maní con un enfoque de autoconsumo en una superficie modesta, siendo también productivo con las pocas precipitaciones, aportando también en el autoconsumo familiar.
Proyecciones climáticas
Por el momento, no hay proyecciones de mejora en el régimen de precipitaciones para el territorio nacional, de acuerdo con el último informe del Inbio. Se prevé que la distribución irregular de precipitaciones persista en esta quincena de marzo, con acumulados de entre 20 y 50 milímetros en algunos sectores del norte de la Región Oriental y en diversas áreas de la Región Occidental.
Lea más: ¿El sorgo gana terreno frente al maíz zafriña? Productores buscan alternativas más rentables
“Estas precipitaciones (aunque irregulares) favorecerán la recarga hídrica del perfil del suelo, contribuyendo a la recuperación de la humedad edáfica tras un período prolongado de déficit hídrico, lo que beneficiará el desarrollo fenológico de los cultivos en estas zonas”, se agregó.