Destruir todo lo construido dentro del proyecto Metrobús y cancelarlo cuando ya se había hecho una quinta parte acabó siendo un perjuicio para la gente y para el Estado. (Foto: Archivo)
Parece cosa de criatura. De mita’i pichado. Pero el tema es que, más allá de esa argelería de destruir todo porque hizo el otro, sin importar si es bueno o malo, hace que la gente termine pagando los platos rotos. Y por culpa de un “revanchismo político”, como dicen los que están en ese ruedo, hay miles de personas que se quedaron al santo cohete sin la posibilidad de disfrutar un servicio de calidad como iba a ser el Metrobús.
Eso quedó aún más en evidencia con la resolución judicial del juez que entiende en una de las aristas de la causa, quien dio sobreseimiento provisional al exministro Ramón Jiménez Gaona.
La obra, que debía conectar la ciudad de San Lorenzo con el centro de Asunción, fue cancelada y casi todo lo construido, demolido. En el gobierno de Mario Abdo Benítez se dio la orden y Arnoldo Wiens, quien había aparecido con lágrimas en los ojos pidiendo perdón, el que ejecutó. Nunca se supo si las lágrimas eran por vergüenza, por saber que en el fondo estaban perjudicando a un montón de gente o porqué.
El tema es que con esto hicieron, se mandaron,si se quiere, dos macanadas. Por un lado, privaron de un servicio mbarete de transporte como se tiene en grandes ciudades a un montón de gente que día a día sufre horrores para trasladarse desde la casa al trabajo. Lo que les lleva casi dos horas podría haberse reducido a solo minutos. Por el otro, que la empresa que construía demandó al Estado por una cifra millonaria. Y obvio, se perdió el juicio y ahora hay que pagar.
Este caso ilustra cómo la gestión de Abdo Benítez no solo privó a la ciudadanía de un sistema de transporte digno, sino que también puso en riesgo los fondos públicos. Ante toda esta situación, la interrogante que queda por responder es la siguiente, ¿qué hubiese cambiado si la obra del metrobús hubiera concluido?
De buenas a primeras, la respuesta inmediata apunta a que peor de lo que se está ahora no se iba a estar, porque no solo se iban a tener unidades “nuevas de paquete” sino que además, el carril exclusivo y las paradas bien calculadas, iban a ahorrar mucho tiempo en el día a día de “Juan pueblo”.
Durante una charla con el programa “Tarde de Perros”, que se emite por Universo 970Am/Nación Media, el procurador general de la República, Marco Aurelio González, afirmó que los argumentos que utilizó el entonces ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens no fueron corroborados. Recordó además que estos argumentos fueron desmentidos, por el tribunal arbitral que afirmó lo contrario, por ende, al no haber razonamiento jurídico, ni razonamiento económico, la única razón, por la que se suspendió la obra fueron razones políticas.
