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El ciclo OSCA Joven 2025 comienza hoy en el Teatro Municipal

PYN
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Como parte de su política de brindar oportunidades a talentos juveniles, tanto en la dirección orquestal como de ejecución instrumental, la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA) ofrecerá el ciclo de conciertos “OSCA Joven 2025″.

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Este proyecto presentará a ocho jóvenes directores de orquesta egresados de diversas universidades y conservatorios. Los primeros cuatro tendrán la oportunidad de debutar con una orquesta profesional en el emblemático escenario del Teatro Municipal de Asunción.

Este primer concierto se llevará a cabo bajo la dirección de Diego Argüello, Bethania Urbieta, Alejandro Ruiz, Silvana Ferreira, con la participación especial de los solistas Fabio Ortiz (flauta), Clara Agüero (soprano), Marcos Lucena, Matías Rojas, Alexandra Britos (arpa paraguaya), Macarena González (soprano), Sebastián Pérez (tenor). En coros estarán Teresa Jiménez, Cynthia Lucena, Mónica Lucena, Adelina Pando, Jacqueline Recalde y Antonella Valdés.

Los jóvenes directores que serán parte también de los próximos conciertos.
Los jóvenes directores que serán parte también de los próximos conciertos.

Amor musical desde el principio

Los cuatro directores que subirán hoy al podio frente a la OSCA tienen en común el haberse acercado a la música desde muy pequeños. Alejandro tocaba el piano desde los 8, así como Silvana el violín en su Luque natal. Diego viene de Horqueta, donde fue conquistado por la flauta traversa y a Bethania le gustaba cantar.

“Mis padres no son músicos pero les encanta la música”, dijo Alejandro, quien al comienzo también sentía amor por el fútbol como por la física, pero terminó decantándose hacia la música. El año pasado egresó de la carrera de Dirección Orquestal en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte.

Silvana, en tanto, recuerda que en su ciudad tuvo mucho apoyo de todos sus profesores mientras iba estudiando violín, lenguaje musical, transcurriendo su vida en el Conservatorio de Luque. “Al salir del colegio sabía que quería estudiar música y desde que entré a la orquesta sentí algo por la dirección”, indicó la artista, quien está cursando ahora el último semestre de la Licenciatura Música en la FADA.

“Esto de la OSCA es algo impresionante, no solo para mí, porque es una oportunidad también de mostrarle al pueblo la nueva camada de directores que hay, que vean que la música está creciendo”, señaló también Silvana, quien subrayó que los ensayos vienen siendo increíbles y siempre diferentes.

Bethania Urbieta.
Bethania Urbieta.

Diego, a su turno, explicó que al comienzo quería estudiar violín pero su familia no podía costear. El municipio un día adquirió flautas traversas y así pudo acceder al mundo de la música, gracias a Sonidos de la Tierra. “Fabio Ortiz, quien será solista hoy, agarró el instrumento y meses después yo aprendí detrás de él”. Así pasaron seminarios, viajes, becas y más, hasta llegar a la universidad CEMTA, donde siguió estudiando flauta a la par de dirección.

“Me dí cuenta temprano que quería hacer eso, aunque como Alejandro, también tenía al fútbol presente, pero me decidí por las orquestas. Gané un viaje para representar a Europa con Sonidos de la Tierra y dije: acá es, esto es lo que quiero hacer”, contó.

Bethania, en tanto, se recuerda en la iglesia tocando el teclado y cantand en el coro. “Yo soy de Capiatá pero tuve la oportunidad de estudiar en Itá, que me queda más cerca de Asunción. Me formé ahí en lenguaje musical y canto lírico, estudié un poco de piano, y cuando termino todavía no había licenciatura en la universidad”, recordó. Pero gracias al Instituto Superior de Bellas Artes empezó un curso virtual en la pandemia que luego terminó de forma presencial. La dirección para ella fue como un llamado porque en el Conservatorio Herminio Giménez le dieron la responsabilidad de pararse frente al coro. “Me planteé: si vas a estar al frente tenés que saber qué enseñar y para qué”.

En ese sentido, ella también resalta lo importante de este espacio que tienen ahora. “Sobre todo nuestro papel con Silvana y Maura, que es la próxima directora que va a estar, porque este campo es de hombres y realmente está complicado pararse en frente y exigir a los músicos. El espacio que nos dan es también para que las demás estudiantes que sueñan con ser músicas vean que hay directoras de orquesta”, destacó.

Una vocación profunda

Bethania también pensó en que en la música siempre hay diferentes oportunidades pero no todas las veces las mismas, a la hora de reflexionar sobre qué peso tuvo la dirección a la hora de elegir esta vocación. “Es como encontrar el alma de las cosas, es profundo, porque vos no tocás un instrumento, tu instrumento es la orquesta y tenés que saber cómo sacar de eso una melodía para que pueda sonar”, dijo.

Al respecto, Diego añadió que muchos dicen que la dirección es una “farsa” porque “no suena”. “Pero es el arte de convencer a músicos que tu versión es la correcta, unificar criterios tan diversos. No es un puesto dictatorial como llegó a serlo a mediados del siglo 20″, puntualizó.

En tanto, Alejandro subrayó lo “apasionante” de la dirección dentro de todas las disciplinas de la música. “Estar en una orquesta sinfónica dirigiendo es una experiencia de las más grandes, implica muchísimo estudio. La música que podés hacer tiene una variedad enorme, tantos timbres distintos con los cuales podés jugar. Nunca termina, nunca se agota, eso la hace apasionante”, remarcó.

Alejandro Ruiz.
Alejandro Ruiz.

Mientras que Silvana planteó la parte emocional y psicológica de esta dinámica. “Es un desafío también porque cóomo saber si los músicos tuvieron un mal día, cómo están de ánimo. Cualquier palabra que decís es clave así que la inteligencia emocional en la dirección aparte del estudio complejo de la partitura, es importante. Hay que tener carácter y eso se desarrolla con la experiencia, pero hay que ser autocrítico también”.

En esa línea, Diego hizo una comparación con tiempos pasados, donde a la dirección se la señalaba como un cargo donde se desarrollaba cierta violencia emocional. “Pasaba pero con directores que hicieron años de carrera, venían y te gritaban. Nosotros no podemos ir a estar a los gritos. Por eso quiero rescatar y felicitar a la OSCA por el buen ambiente que tiene, por el respeto con nosotros, porque nosotros estamos pidiendo cosas quizás descabelladas, como traer más al frente el segundo fagot en tal parte, etc. O si nos equivocamos asumimos, y eso es un error de muchos colegas que no dan ninguna corrección o quieren corregir al músico siendo de ellos el error”, argumentó.

Unión y más espacios para desarrollarse

Algo que todos notaron es que también en este campo no hay muchos espacios para la práctica, por lo que también ven como algo necesario que hayan más orquestas sinfónicas escuelas. “Hay toda una camada nueva de directores pero necesitamos estos espacios para practicar”, señaló.

Además de la ausencia de orquestas sinfónicas juveniles, Diego notó “una gran crisis en el recambio generacional, en las licenciaturas y en los conservatorios”. Dijo que “la inmediatez nos está jugando en contra porque los niños no quieren aprender por la baja tolerancia a la frustración y la vida real no es así”, señaló.

Silvana vio que todo está muy dividido y propuso unificar proyectos. “¿Por qué no nos unimos, juntamos, agrandamos, en vez de tanta separación? Lo mismo que la licenciatura, hay escasez de estudiantes. Hay que armar alguna estrategia para ver qué se puede hacer porque eso falta en Paraguay, todo está muy dividido, cada uno por su lado, no solo en la música”.

“Y es una lástima porque la música tiene un valor educativo también, el valor del sacrificio, en la vida tenés que hacer sacrificios y te vas a frustrar, entonces la música es una gran escuela de la vida”, añadió Alejandro, mientras que Bethania subrayó que en la música hay mucho de “volver a intentar y empezar”.

Silvana Ferreira.
Silvana Ferreira.

Todos coincidieron en que en la música hay que seguir con la formación, porque es una carrera que no se detiene. “Yo quiero afianzarme en la dirección, que es una carrera que me está estirando, aunque si hubiera tenido oportunidad también estaría cantando, pero también soy mamá”, mencionó Bethania.

A Diego le ayudó todo esto para dejar de dudar entre ser flautista o director. “Nadie va a venir a llamarte, por eso hay que ser un poco más caradura para lo que sea, tomar en serio la carrera. No sé exactamente decir a dónde quiero ir pero hay que estar preparado”, reconoció.

Silvana, a su vez, está preparándose para agarrar todas las oportunidades posibles e ir a Europa. En ese sentido, Alejandro señaló que la verdadera carrera empieza al salir de las universidades. “La música es constante estudio y ahora aprovecho para buscar estas oportunidades”, indicó, además de afirmar que “el director también tiene que saber gestionar”.

Un mundo musical para cada uno

En ese sentido comentaron todos eligieron para hoy un repertorio que los representa. La noche abrirá con Diego que dirigirá la obertura de “El rapto en el serrallo”, de Mozart, y el Concierto para flauta Op. 29, de Stamitz, con Fabio Ortiz.

Bethania, fiel a su amor por el canto, tomará la batuta ante “Sport Polka”, de Strauss; un aria de “El barbero de Sevilla”, de Rossini, con Clara Agüero como solista, y “Mburicaó”, de Flores.

A su vez, Alejandro presentará el Improptu para cuerdas Op. 5, de Sibelius, y dos estrenos: Luceniana Nº 3 y Polca 63, ambas del paraguayo Marcos Lucena, donde participarán dos estudiantes de arpa. “Pienso que falta visibilidad para los compositores paraguayos, a veces incluso pecamos que acá no hay el nivel de composición y no es cierto, nuestra música va más allá de solo lo popular y me emociona pensar que tenemos tan buena música”, dijo.

Diego Argüello.
Diego Argüello.

En esa misma línea, Silvana dirigirá “Pena de amar” y “Mujer paraguaya”, de Frutos Pane y Moreno González, y “Cordofonía esicástica”, de Saúl Gaona. “Esicástica era una palabra para denominar a un estado particular de la música, y con ese estado los griegos lograban exaltar su espíritu, entonces tengo el honor de dirigir esta obra porque le tengo un gran cariño a Saúl, que fue mi profesor en la universidad y es la primera vez que la OSCA va a tocar esta obra”, resaltó.

El ciclo es organizado por la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción y la Sociedad Filarmónica de Asunción.

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