La destitución del doctor Elías Benítez se suma a la del Dr. Cristian Matto, de la dirección del Hospital Regional de Villarrica, a quien el Ministerio de Salud le atribuye la responsabilidad por la falta de operatividad de la UTI Neonatal. En su lugar, Rigoberto Alarcón asumió la dirección del hospital y ahora también de la IV Región Sanitaria. Se espera el anuncio de un nuevo director para el hospital en los próximos días.
La UTI neonatal del Hospital Regional de Villarrica fue inaugurada con gran parafernalia el 20 de febrero último, con presencia del Presidente Santiago Peña, la ministra de Salud, Teresa Barán, el gobernador de Guairá, César Sosa (ANR-HC), el doctor Matto, el doctor Benítez, entre otros.
Seis días después quedó al desnudo su inoperatividad, con el nacimiento de un prematuro que requería acceder con urgencia al servicio. El bebé, a quien le pusieron de nombre Osman Eliel, tuvo que ser trasladado al Materno Infantil de Trinidad, Asunción, donde falleció luego de cuatro días.
Fue desmantelado al día siguiente del acto inaugural, según el doctor Matto, para ajustar algunos detalles para que pudiera funcionar.
Hasta el momento, el Ministerio de Salud no ha emitido un informe oficial que especifique las razones exactas de la destitución del Dr. Elías Benítez, pero el cambio se da después de que la ministra María Teresa Barán cargara toda la responsabilidad a las ahora ex autoridades locales de salud pública durante una conferencia de prensa.
Por su parte, Alarcón anunció que este viernes se llevará a cabo un acto oficial en la sede de la IV Región Sanitaria, donde dará a conocer sus primeros lineamientos y medidas para la gestión de los servicios de salud pública en Guairá.
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Antecedentes del escándalo en salud pública
El caso tomó mayor relevancia tras la muerte de un bebé prematuro debido a la falta de atención en la UTI Neonatal de Villarrica, la cual había sido inaugurada el 20 de febrero con la presencia del presidente de la República, Santiago Peña. Sin embargo, el servicio fue inhabilitado por decisión unilateral del entonces director del hospital, Cristian Matto, según afirmaciones de la ministra de Salud, María Teresa Barán.
Barán, quien fue convocada ante la Comisión de Salud del Congreso Nacional para rendir cuentas sobre el caso, sostuvo que al momento de la inauguración el hospital contaba con todo el equipamiento y personal necesario. Señaló que Matto decidió cerrar el servicio de manera “unilateral”, sin consultar ni establecer un plan de contingencia.
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Críticas a la gestión del Ministerio de Salud
Diferentes gremios del ámbito de la salud han exigido la renuncia de la ministra María Teresa Barán, cuestionando la gestión y el manejo de la crisis. No obstante, la ministra aseguró que el presidente Peña le ha pedido que redoble esfuerzos en su labor y que los problemas estructurales del sistema de salud no pueden resolverse en un corto plazo.
Mientras se esperan resultados de la auditoría ordenada por el Ministerio de Salud, la incertidumbre sobre el funcionamiento del sistema sanitario en Guairá persiste, y se aguardan respuestas concretas sobre las fallas en la atención neonatal y la gestión de los recursos públicos en el departamento.
Más de G. 1.300 millones
La Gobernación de Guairá financió la construcción de la UTI, que tuvo un costo superior a G. 1.349 millones. La obra fue encargada a EDR Construcciones, propiedad de Eduardo Duarte Rojas.
El Ministerio de Salud proveyó el equipamiento y contrató al personal, compuesto por 21 enfermeros y 15 especialistas para el funcionamiento del área, según se informó.
La unidad cuenta con tres incubadoras y tres cervocunas, según datos oficiales. Cuatro de estos equipos permanecen en un cuarto dentro del área nueva, mientras que dos fueron trasladados para apoyar la sala de internación regular.
“Con esta infraestructura, los bebés prematuros o nacidos con complicaciones podrán recibir tratamiento especializado sin necesidad de ser trasladados a otras ciudades, lo que evitaría grandes riesgos en la asistencia de la salud neonatal”, dijeron las autoridades durante la inauguración. Pero, seis días después ocurrió lo que no esperaban.
Tras el revuelo generado por la inoperatividad de la UTI, las autoridades prometieron agilizar las correcciones necesarias para habilitarla cuanto antes. Y así fue que, aparentemente para acallar las críticas, en un día rearmaron la sala, aunque incompleta.