En su página web, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) afirma que, para que la energía de fusión nuclear se convierta en una fuente comercialmente viable, debe desarrollarse una forma estable y fiable de producirla. Entre el centenar de empresas que ansían explotar el sector, hay una de Múnich, Alemania; se trata de Proxima Fusion.
Su director, Francesco Sciortino, declara a WIRED que entre los planes de la empresa está el diseño científico validado de una central nuclear de fusión capaz de proporcionar energía ilimitada de forma sostenible. El CEO está satisfecho por la publicación en la revista Fusion and Engineering Design de su estudio titulado Stellaris: un stellarator cuasi-isodinámico (Stellaris: un estelarizador casi isodinámico). «Es la confirmación revisada por partes de que, lo que se diseñó en colaboración con expertos del Instituto Max Planck de Física del Plasma, puede funcionar», refiere Sciortino.
Fusión nuclear entre física e ingeniería
Apoyada por la UE y el Gobierno alemán con 35 millones de dólares y 30 millones de capital riesgo, Proxima Fusion afirma haber desarrollado el concepto que le permitirá en 2031, y antes que nadie, hacer realidad Alpha, la primera máquina productora de energía neta en funcionamiento continuo. «Queremos construir la central de fusión nuclear a finales de la década. Tal y como esperaba el IAEA», describe Sciortino.
El logro consiste en haber conseguido satisfacer de forma integrada todas las métricas, tanto las físicas como las de ingeniería, «identificando el compromiso entre los distintos parámetros dictados por todas las restricciones que hay que tener en cuenta para obtener una central factible en todos los aspectos», explica Sciortino, subrayando la singularidad del resultado obtenido con su concepto Stellaris.
«Hasta ahora, todas las piezas podían diseñarse de forma independiente, pero no basta con organizar los aspectos físicos y construir estructuras metálicas a su alrededor. Hay que optimizarlo todo al mismo tiempo, y nosotros somos los primeros que lo hemos hecho, encontrando el punto de encuentro entre la física básica y la experiencia en ingeniería», indica Sciortino.
Como su nombre lo indica, Proxima Fusion ha «fusionado» sus conocimientos de ingeniería con física del plasma del Instituto Max Planck, trabajando codo a codo en los mismo espacios. Sciortino describe la empresa como una «asociación público-privada, que combina el rigor y la calidad científica de la investigación con la rapidez de una startup«. Los que investigan necesitan publicar lo que descubren, los que quieren convertirlo en una ventaja comercial, no. Al menos, no de inmediato.
La IA y el futuro de la energía nuclear
El próximo gran hito está previsto para 2027, cuando el equipo de Proxima Fusion se proponga construir la bobina modelo Stellator, un imán a escala real con superconductores de alta temperatura. Paralelamente, Proxima Fusion también seguirá desarrollando otras dos tecnologías facilitadoras: la fabricación aditiva y los modelos computacionales de IA. La primera consiste en «importar» la impresión 3D de otros sectores para crear formas completamente irregulares con metales.
El camino es largo, pero existen múltiples interesados. Según Sciortino, en los últimos años, los inversionistas han inyectado más de 8,000 millones de dólares al sector a nivel mundial. Proxima Fusion planea contratar a unos cientos de personas para no retrasar la fecha prometida para la realización de lo que hoy ha diseñado en el laboratorio: «Necesitamos que Europa despierte y decida ser competitiva. Debemos depender menos de EE UU y empezar a producir tecnología nosotros mismos».
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.