Ad image

Las jacarandas de México: científicos de la UNAM buscan resolver el misterio de su florecimiento prematuro

PYN
4 Min Read

Cada año, cuando las jacarandas florecen en Ciudad de México, las redes sociales se inundan de fotos y videos. Todos las aman. Las amamos. Sus flores, con forma de campana alargada en tono lila, tanto eléctrico como sereno, captan nuestra atención. Por eso, cuando en enero de 2024 se dijo que habían florecido antes de su momento usual —la primavera, coincidiendo con la marcha del 8 de marzo— surgieron dudas: ¿es real? ¿Eso es normal? Mientras la ciudad especulaba, un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) y del Instituto de Biología, ambos de la UNAM, buscan respuestas. Si algo está cambiando, quieren demostrarlo con ciencia.

Las jacarandas son un ícono de la ciudad, pero no siempre fue así. Esta especie, nativa de Sudamérica, llegó a México a inicios del siglo XX por decisión de Tatsugoro Matsumoto, un japonés especializado en jardines imperiales. Matsumoto emigró a México en 1896, contratado por un hacendado para diseñar su jardín residencial. Más tarde, se encargó del cuidado de los jardines del castillo de Chapultepec. En 1910, introdujo semillas de jacaranda desde Perú y las cultivó en uno de sus viveros. Catorce años después, comenzó a plantarlas en diversas colonias.

Hoy están por todas partes. En enero de 2024, algunas periodistas buscaron a Constantino González, investigador del ICAyCC, para conocer su opinión sobre posibles cambios en la especie. Él no sabía si la floración reportada era real. Para comprobarlo, visitó los sitios donde se decía que había flores: el centro y la Alameda Central. No encontró evidencia. Entonces miró al pasado y buscó en documentos. Nada. Desde la llegada del árbol a México, no existen registros sobre su fenología, es decir, los cambios cíclicos en su desarrollo, como la floración o la caída de hojas.


las ciudades

WIRED conversa con los científicos de la UNAM que revelaron que las áreas urbanas de la región de El Bajío, en el occidente de México, funcionan como «bosques simplificados» que brindan refugio y alimento a aves migratorias, especialmente a especies insectívoras.


Interés ciudadano que llevó a una investigación

En sus sitios de origen, explica González a WIRED en Español, el árbol atraviesa tres fases a lo largo del año: en primavera florece, en verano solo tiene hojas y en otoño queda sin flores ni hojas. Pero en la Ciudad de México no se sabe si sigue ese patrón; la única referencia clara es que ya está en flor durante las marchas por los derechos de las mujeres, el 8 de marzo.

Ante la falta de información, en febrero de 2024 se formó un grupo de estudiantes coordinado por Constantino González, junto con la científica Carolina Ureta, del ICAyCC, y Ángela Cuervo, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM. Los tres forman parte del Laboratorio Nacional Conahcyt de Biología del Cambio Climático (LNCBioCC), que el año pasado puso en marcha el proyecto de monitoreo “Efectos del clima urbano en la fenología de Jacaranda mimosifolia en la Ciudad de México”.

Se conoce que las actividades de las plantas están estrechamente relacionadas con la temperatura. Este año, la Organización Meteorológica Mundial confirmó que 2024 fue el año más cálido jamás registrado al superar en cerca de 1.55 °C los niveles preindustriales.

source

Share This Article
Leave a Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *