¿Existe una relación entre la actividad del Sol y los sismos? Desde hace algunos años, la hipótesis comenzó a debatirse en la comunidad científica, cuando algunos grupos de investigación independientes empezaron a acumular datos que mostraban una correlación entre los picos de actividad del Sol y la frecuencia de los terremotos en la corteza terrestre.
Entender si nuestra estrella también influye en este fenómeno podría abrir nuevas vías para la predicción de terremotos, piensan algunos. La última posible explicación procede de un equipo de la Universidad de Tsukuba (Japón). En su estudio propone que incluso pequeños aumentos de temperatura en la Tierra contribuyen a desencadenar sismos cuando las circunstancias ya están cerca del punto de ruptura.
Actividad solar, descargas eléctricas y terremotos
La influencia del Sol en los movimientos tectónicos es una idea fascinante. Muchos se han esforzado por encontrar pruebas, pero solo recientemente ha surgido algo realmente interesante. Uno de los estudios más citados es el de un equipo del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (Ingv) italiano, que, en las páginas de Scientific reports de 2020, observó una correlación muy clara entre la actividad sísmica y la variación de la densidad de protones a lo largo del tiempo. La explicación que ahí proponen los investigadores es que los picos de actividad solar generan descargas, causadas por un exceso de carga eléctrica en la ionosfera. Estas descargas penetrarían en las fallas e inducirían impulsos desestabilizadores de contracción o expansión de las rocas.
Terremotos y aumento de la temperatura
Los autores del más reciente estudio, Matheus Henrique Junqueira Saldanha y Yoshito Hirata, de la Universidad de Tsukuba, también se habían aventurado ya en este tipo de investigaciones. En 2022, publicaron un reporte en el que afirmaban haber identificado una correlación entre la actividad de las manchas solares y los sismos. En aquel momento, sin embargo, no habían investigado la naturaleza de esta relación.
Con este nuevo trabajo, han retomado el hilo del proyecto, añadiendo datos y detalles. En concreto, han investigado la posible relación entre la frecuencia de los terremotos y el máximo solar, cuando las erupciones y tormentas solares son más frecuentes e intensas y se produce un pequeño aumento de la temperatura en la Tierra, de entre 0.1 y 0.2 °C.
Al incorporar la actividad de las manchas solares y los registros de temperatura de la superficie terrestre al modelo computacional, confirmaron la correlación con los terremotos y, dicen, mejoraron la precisión de las predicciones de terremotos en la superficie.
«El calor solar provoca cambios en la temperatura atmosférica, que a su vez pueden influir en factores como las propiedades de las rocas y el movimiento de las aguas subterráneas», afirma Junqueira Saldanha. «Tales fluctuaciones pueden hacer que las rocas sean más frágiles y propensas a fracturarse, por ejemplo, y los cambios en las precipitaciones y el deshielo pueden alterar la presión en los límites de las placas tectónicas. Aunque estos factores no sean los principales causantes de los terremotos, pueden desempeñar un papel que ayude a predecir la actividad sísmica».
Es importante insistir en que los investigadores no sugieren que el la actividad solar sea la causa suficiente de terremotos en el planeta, sino que puede ser uno de los últimos eslabónes en una cadena causal más larga.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia, adaptado por Manuel de León.