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Filipinas: crecer en las calles

PYN
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Al llegar a las calles de Manila, la capital de Filipinas, sorprende y da lástima ver tantas manos pidiendo limosna o algo que llevarse a la boca, tantas casetas improvisadas con cartones. Sin embargo, lo más desgarrador es que son manos de niños. Niños mendigos, desamparados, abandonados a su suerte en esa jungla de cemento, durmiendo en lugares insalubres. Por fortuna, hay quien se desvela por sacar a los que puedan de la miseria, pero por desgracia, la cantidad de necesitados es abrumadora.
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