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La recurrente necesidad de dar prioridad a la educación

PYN
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Las administraciones gubernamentales sucesivas han repetido la poca acción en favor de optimizar la educación pública del Paraguay, por lo que no es el presente gobierno nada más el que marcó como insuficiente su labor.

Lo que debería ser prioridad para toda gestión estatal: salud, seguridad, trabajo y la educación, pasaron desapercibidos de manera histórica, teniendo el resultado actual, completamente mediocre.

Y en lo que respecta a lo fundamental, la educación, no es criterio equivocado sostener que ha cambiado poco para tanta necesidad, ante tanto dinero derrochado.

Hoy, con el reinicio de las actividades en clase, surge la reiterada ocasión para reflexionar sobre lo que se quiere y se tiene para la educación pública nacional.

El deplorable estado de las estructuras edilicias de la educación pública regional, muchos de ellos cayéndose, literalmente, a pedazos, confirma que recursos públicos sirvieron mayormente a construir fortunas personales de malandros.

Si las condiciones estructurales tienen este presente, demuestra el compromiso roto de mandatarios, ministros de educación, coordinadores departamentales, gobernadores, intendentes municipales, que obviaron sus deberes y permitieron que se tengan casi siempre colegios con techos por desplomarse.

No solo una, sino varias instituciones educativas sobrevivieron mediante el aporte “compulsivo” de padres de familia que no tienen más remedio que colaborar para que los colegios y escuelas tengan un mínimo de limpieza y se mantengan muros. Por ello satanizar este forzoso peaje educativo, antes que fustigar a las autoridades, es equivocado.

En todos los discursos lanzados por los referentes del poder se ha colocado de relieve, avances, que en la realidad son miserables puntos imperceptibles. Alabarse por gastar miles de millones de guaraníes por construir lomadas frente a instituciones que ni cuentan con agua en todo momento, es un chiste de malísimo gusto.

Apostar en la educación es fundamental para avanzar hacia un país con más alternativas y de mentes pensantes que puedan ser útiles a la ciudad, y por ende al país.  

En el Paraguay, contrariamente, lo que menos se valora es a la educación, pues se tiene uno de los niveles salariales más bajos de América para docentes, y una inversión mínima en ámbitos de las ciencias aplicadas y tecnología, con lo que se destaca un panorama completo del genuino interés en el rubro.

Quizás el temor es que una persona preparada, pueda poseer una capacidad de discernir medianamente aceptable, que conjuntamente con la educación que recibe en su familia, marquen la diferencia y con ello evitar que chimpancés sigan siendo diputados, senadores e intendentes.

Se necesitan políticos y ciudadanos, honestos y patriotas, atributos que solo serán completos si son acompañados por la formación debida.

La ignorancia conduce a la miseria, y a una disminución de oportunidades para un futuro mejor.

Emprender el cambio solo podrá ser completo cuando el Gobierno se ocupe de brindar un acceso total a la educación de calidad en todos los niveles.

Es obligación inherente a los mandos crear las condiciones necesarias para ello, y deber ciudadano velar para que cada centavo de su propio dinero sea destinado para el bienestar general.

Lo estructural es la muestra de la capacidad de un Gobierno y del interés de la sociedad en aspectos como la educación, por lo que la evaluación es objetiva.

Alardear de progreso, es una fantasía cuando el pilar que lo origina vive en una pobreza extrema. La falta de atención hacia el sector no puede seguir siendo moda, por lo que tolerar mediocridades oficiales no es admisible para una sociedad que quiere que sus hijos tengan la formación académica necesaria para forjar su futuro anhelado. Sin educación de calidad no habrá progreso sostenido para el pueblo.






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