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Un nuevo estudio relaciona el consumo de carne procesada con el riesgo de padecer demencia

PYN
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Un estudio expone el punto de vida de la comunidad científica con respecto a la carne roja: el consumo de cárnicos procesados por encima de cierto umbral, incluso en pequeñas porciones diarias, podría incrementar el riesgo de demencia. El estudio publicado en Neurology, la revista oficial de la Academia Americana de Neurología, reúne los argumentos y contradicciones acerca de la reducción de carne roja en la dieta, especialmente la procesada, en beneficio del medio ambiente y de la salud neurológica.


Forma Foods

Forma Foods, una startup mexicana pionera en tecnología de impresión 3D, ha desarrollado un método revolucionario para producir carne a base de plantas que imita fielmente la textura y composición del tejido muscular, adiposo y conectivo. WIRED conversa con Mario Moisés Álvarez, CEO de Forma Foods y con Grissel Trujillo de Santiago, Chief Scientific Officer, para conocer más sobre esta innovación, que no solo busca redefinir la industria alimentaria, sino que también aspira a fomentar la sostenibilidad, mejorar la salud y contribuir a la protección del medio ambiente.


¿Qué dice la investigación?

La investigación fue llevada a cabo por un equipo de investigadores de varias instituciones de la zona de Boston. Utilizaron el seguimiento de profesionales de la salud; una serie de datos sobre el estilo de vida y salud que fueron monitoreados por más de 40 años. A partir de ellos, indagaron la posible relación entre el consumo de carne y el deterioro cognitivo.

Si bien se sabe poco sobre el tema, y los estudios realizados habían seguido a participantes durante períodos relativamente cortos, recogían pocos datos sobre las dietas y algunos arrojaban resultados contradictorios; esto no significa que las enfermedades relacionadas con la ingesta de carne roja no figuren entre los factores de riesgo de los padecimientos neurodegenerativos.

Las posibles asociaciones con el deterioro cognitivo se investigaron de varias formas. Por un lado, los especialistas se basaron en evaluaciones oficiales realizadas por profesionales de la salud, y por otro, pidieron a los propios participantes que calificaran sus propias capacidades cognitivas con todas las limitaciones de los datos autodeclarados. Posteriormente, vincularon los datos de consumo de alimentos de cuestionarios controlados con los diagnósticos de demencia y las evaluaciones cognitivas. Las conclusiones arrojaron que aquellos que consumían carnes procesadas tenían un 13% más de riesgo de ser diagnosticados con demencia. «Estamos hablando de los que consumían un cuarto de ración o más de carnes procesadas al día, unos treinta gamos de producto», recita el reporte.

De igual forma, a medida que aumentaba el consumo de carnes procesadas, como tocino y salchichas, también se observaban cerebros «más viejos», como indicaban las pruebas cognitivas realizadas por teléfono y destinadas a medir las capacidades cognitivas globales y otras específicas, como la memoria y las verbales. En este caso, se estimó que el envejecimiento era de aproximadamente 1.6 años por cada porción diaria adicional de carne.

Se observaron tendencias similares al investigar la presencia de problemas cognitivos autodeclarados, en los que tanto el consumo de carne procesada para valores que ya superaban un cuarto de ración al día como el de no procesada cuando se superaba la ración diaria, se asociaban a un mayor riesgo de dificultades cognitivas; entre un 14% y 16% respectivamente, en comparación con los que comían poco. «La investigación tomó en cuenta factores como el entorno familiar, el sexo, el estatus socioeconómico, la educación y el estilo de vida», explican los autores.


Fotografía de un trozo de carne preparado.

A través de un proceso de inyección de metamateriales, un equipo de científicos logró producir filetes sintéticos.


El efecto de la carne roja en el organismo

«Esperamos que nuestros resultados fomenten una mayor interrelación entre la dieta y la salud cerebral», afirma Daniel Wang, del Brigham and Women’s Hospital de Boston, quien dirigió el estudio. Esto no quiere decir que anteriores estudios no haya indagado en este campo: «La relación observada con el consumo de carne roja procesada con la demencia no es sorprendente», declaró a WIRED Alessandro Padovani, director de clínica neurológica de la Universidad de Brescia y presidente de la Sociedad Italiana de Neurología (SIN). Añadió que existen registros muy puntuales de que una dieta rica en carne roja predispone al paciente a un aumento de grasa, diabetes y enfermedades como la hipertensión, obesidad y daño cerebral.

«Este estudio reafirma que el consumo excesivo de carne roja puede actuar como factor independiente de demencia, pero queda por ver si existe un efecto directo no mediado por estos factores», indica Padovani. Según el experto, es probable que las sustancias presentes en cárnicos favorezcan la aterosclerosis y el aumento del colesterol. Los propios autores las reconocen como posibles mecanismos implicados en el deterioro de la función cognitiva, junto con cambios en la expresión genética, factores neurotróficos inducidos por las grasas de la carne roja y resistencia a la insulina. «Las dietas a base de cárnicos, incluso las muy ricas en huevos y generalmente ricas en proteínas, inducen la producción de una sustancia por las bacterias intestinales, la trimetilamina-N-óxido, que está relacionada con el riesgo de aterosclerosis», sugiere Padovani.

El mensaje que se desprende de este informe es claro: la salud del cerebro está estrechamente ligada a la del cuerpo y el corazón. «Para favorecer un envejecimiento sano de la población, debemos luchar contra las enfermedades de la vejez en todos los sentidos, y sabemos que la alimentación es una intervención central», concluye el presidente de SIN. «La moderación en el consumo de determinadas sustancias en la dieta, como la carne roja, pero también el alcohol, es fundamental, aunque requiera una cultura diferente a la que estamos acostumbrados».

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.

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