Kholmov nació el 13 de mayo de 1925 en Shenkursk, al norte de Rusia y falleció a los 80 años, en Moscú, el 18 de febrero de 2006, tras un segundo infarto cerebral.
Hablamos un poco de Kholmov en la Nota 152, de 2007. La partida comentada fue su triunfo sobre Keres, en Tiflis, en el Campeonato de la URSS de 1959. Esa partida fue considerada por Kholmov como la mejor de su carrera, junto con su triunfo sobre Bronstein, del Campeonato de la URSS en Kiev 1965. Esta es la que comentamos hoy.
“Poseía un talento natural fuera de lo común, un don de clase superior”, comentó Viktor Korchnoi sobre él, según se relata en el magnífico libro de entrevistas Smart chip from St. Petersburg de Genna Sosonko, y añadió: “Era una clase de talento que tenía Capablanca. Kholmov sabía cosas sin haberlas estudiado en absoluto”.
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Aprendizaje tardío y rápido progreso
Aprendió a jugar a una edad tardía para los estándares actuales, a los 12 años, pero progresó con gran rapidez. Tuvo una infancia difícil, y una adolescencia problemática, él mismo se consideraba un “hooligan”, se puede decir que el ajedrez fue su salvación.
Destacó rápidamente. Al terminar la Segunda Guerra Mundial (en la que participó), en 1946, se mudó a Grodno, en Bielorrusia. En 1947 salió primero en los Cuartos de Final del 16º Campeonato de la URSS en Yaroslavl, delante de Nezhmetdinov y Tarasov entre otros y ganó el título de Candidato a Maestro.En ese mismo 1947, compartió el 3º/4º lugar de la Semifinal en Moscú, delante de Petrosian y se clasificó a su primera final del Campeonato Soviético, el de 1948, logrando a la vez el valioso título de Maestro.
Por sus logros fue invitado al Memorial Chigorin a fines de 1947. Allí se enfrentó a maestros destacados, como Keres, Smyslov, Boleslavsky, Kotov, Gligoric y a Botvinnik. Sobre este encuentro Kholmov comentó “Tenía la sensación de estar jugando con Dios. Me esforcé al máximo, pero no hubo nada que hacer, perdí, por supuesto, Botvinnik era entonces de una clase diferente, y yo no sabía nada de teoría”.
Por sus muy buenos resultados, en 1947 pasó a tener un sueldo del estado, se convirtió en ajedrecista profesional, aunque prácticamente no estudiaba ajedrez, salvo cuando competía, leía mucho, pero muy poco sobre ajedrez, a Lion Feuchtwanger, Theodore Dreiser, O´Henry, los rusos clásicos, y todo lo que caía en su mano.
“El Defensor Central”
Sus colegas soviéticos lo apodaron “El Defensor Central” por lo extremadamente difícil que resultaba derrotarlo, esa era su virtud principal.
Kholmov se especializaba en las defensas pasivas, algo que la mayoría de los maestros detestan y buscan contrajuego a cualquier costo, incluso sacrificando material. Kholmov no, se defendía pacientemente esperando su oportunidad, y con su gran habilidad táctica esa oportunidad llegaba con frecuencia. Es una clase de talento muy original.
En un artículo de 1965 para Shakhmaty v SSSR, Baranov y Mikenas escribieron: “Kholmov no está entre los ·eruditos` de la apertura. No obstante, con tenacidad, bordeando quizás la terquedad, se metía, con valentía, en las continuaciones teóricas. Lo hacía porque confiaba en encontrar el camino correcto incluso en las posiciones más peligrosas”.
Esta es otra muestra no solo de la inmensa confianza en sí mismo, sino también la de su extraordinario talento. La lucha está presente en todas las fases del ajedrez, y eso fue lo que más le atrajo a Ratmir, su nombre significa “guerrero valiente”.
Kholmov le comentó a Sosonko que no se preparaba para las partidas. “Nunca seguí ninguna moda. Todo el mundo dice que soy un defensor congénito… ¡Claro que debes ser un defensor si no sabes teoría y quedas inferior tras la apertura!, deberás encontrar, especialmente al jugar con negras, tus propios recursos”.
Naturalmente para llegar a ser tan bueno no basta con defenderse muy bien, Kholmov tiene también partidas de ataque brillantes. “Kholmov era también un maestro del ataque, la clase de ataque en la cual la improvisación y la fantasía son la parte más importante”, comentó Sosonko.
Un fuerte Gran Maestro
Kholmov jugó torneos en todos los rincones de la URSS, como destacó Douglas Griffin, en su lista de participaciones encontramos ciudades como Achkabad, Tiráspol, Sujumi, Borjomi, Grozni, Barnaúl, Norilsk, etc., además de las ciudades más célebres.
Se radicó en Moscú, aunque entre fines de los años 40 y principios de los 60 residió en Lituania. En esa etapa ganó o compartió el primer lugar en el Campeonato de Lituania nada menos que 10 veces.
Disputó la final de 17 campeonatos soviéticos. Su mayor logro fue empatar el primer lugar del 17º Campeonato de la URSS en 1963, con Boris Spassky y Leonid Stein.
Kholmov ganó muchos torneos, como el Memorial Asztalos 1962, delante de Szabo y Portisch; Bucarest 1962, delante del número 1 rumano Gheorghiu; Belgrado 1967 y el Memorial Capablanca de 1968, delante de Leonid Stein, etc.
En 2000 Kholmov empató el primer lugar en el Campeonato Mundial de Veteranos en Rowy, Polonia, con 8 puntos sobre 11, con Mark Taimanov, Janis Klovans, y Alexander Chernikov.
Kholmov jugó prácticamente hasta el final de sus días: según chessmetrics.com Kholmov estuvo entre los 25 mejores del mundo desde 1956 hasta1970. Su lugar más destacado fue el 8º en los años 1960–61, su Elo más alto se estima en 2.736 puntos.
El alcoholismo
A pesar de sus victorias en torneos muy fuertes, y sus triunfos sobre Keres, Tal, Petrosian, Spassky, Fischer y hasta un joven Kasparov, Kholmov nunca fue enviado a jugar a Occidente. Sólo jugó en la Europa Oriental y en Cuba, “que entonces era nuestra”. Añadiría más épica decir que fue por razones políticas, pero no, sí dijo: “nunca me gustó el comunismo, pero no era un disidente”.
La razón más probable es que Kholmov bebía mucho, demasiado, y en tiempos de la guerra fría no se lo consideraría un buen embajador; por otro lado, que esa enfermedad no destruyera su carrera ajedrecística es la confirmación de sus habilidades innatas.
En 1951 se le retiró, por un año, su sueldo mensual por un escándalo provocado por su consumo de alcohol, participaron también Tarasov y Nezhmetdinov, pero el único castigado fue Kholmov.
En un artículo para la web ChessPro Adrian Mikhalchishin contó lo sucedido una noche del Memorial Karseladzede 1976 en Tiblisi. La mañana de ese día, durante el desayuno, Kholmov llegó a su mesa, era el día del cumpleaños de Mikhalchishin, Kholmov le anunció que por la tarde pasarían a verlo.
Y efectivamente, “En una de las suites del hotel, Mikhalchishin y su joven colega Yuri Anikaev escucharon historias de los maestros mayores Kholmov y Anatoly Lutikov (otro bebedor legendario) y el gran maestro Gennady Kuzmin. Cuando las reservas de vodka y vino georgiano se acabaron, Kholmov desapareció por una hora, para retornar (”triunfantemente”) con más. De alguna manera logró persuadir a dos policías que estaban de servicio fuera del hotel para que lo llevaran en sus motos y sidecar a la estación central de Tiblisi, donde el restaurante estaba abierto toda la noche”.
Al día siguiente Kuzmin no se despertó a tiempo y perdió por ausencia. Peor le fue a Lutikov, tuvo problemas con su riñón y estuvo en terapia intensiva en el hospital local.
Con respecto a Kholmov, se enfrentó al maestro local Sturua, al comienzo estaba algo dormido. Había 100 espectadores en la hermosa sala de juego … Kholmov, con las negras, se defendió con el Gambito de Dama. Tras 1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 Ae7 5.Cf3 continuó con la poco ortodoxa 5…Ce4?! (algo prematuro), y tras 6.Axe7,
Recapturó en e7 con el rey, 6…Rxe7? Al principio la audiencia creía que era un error de los muralistas. Pero no, no había error. Por supuesto las negras salieron claramente peor de la apertura, pero Kholmov no se iba a rendir con facilidad. Sturua fue provocado para ‘sacrificar’ una pieza por cuatro peones; la posición se complicó y en un momento las negras pasaron a estar mejor y finalmente ganó Kholmov.
“¿Podría haber tenido más éxitos deportivos si no hubiese sido por la bebida?” le dijo a Sosonko, “Supongo que sí, porque después llega siempre una especie de derrumbe moral, internamente sabes, de algún modo, que has hecho algo malo. No, no me refiero al dolor de cabeza del día siguiente. Es la sensación de sentirme avergonzado por lo hecho, maldecirme y jugar con menos confianza, porque desde el fondo de mi corazón sentía que me estaba desviando de los principios morales”.
Su victoria sobre Fischer
Al comentar su triunfo sobre Fischer para la revista Shakhmaty Riga Nº 3 de 1966, Kholmov relató sucintamente lo sucedido en la víspera, que Smyslov le dio una muy provechosa sugerencia en la apertura que empleó con éxito.
En la entrevista a Sosonko, Kholmov dio más detalles: “¿Cómo le gané a Fischer? Fue en el 65 en Cuba, cuando Fischer jugó por télex y transmitían sus jugadas desde Nueva York. Estaba bajo mucha presión durante la partida, comprendiendo que, si perdía, ardería Troya sobre mí, recordarían todo, especialmente lo sucedido la noche anterior.
¿Por qué? El bar del hotel estaba abierto toda la noche y yo estaba bebiendo Bacardí. Este ron es maravilloso en Cuba. Era ya muy tarde cuando llegó Smyslov buscándome. Vamos, Ratmir, me dijo, te mostraré una variante que puedes jugar contra Fischer mañana. Fuimos a la habitación de Smyslov y me mostró una idea nueva en la Variante Chigorin de la Española, pero estaba tan borracho que Vasily Vasilievich estaba seguro de que no recordaría nada. Me senté a jugar al día siguiente y pensé para mí mismo, ¿qué has hecho ayer? Serás castigado por tu comportamiento, y tuvo que ser justo antes de la partida con Fischer. Dirán, tú, hijo de puta, estabas completamente borracho. Me senté allí, apreté los dientes y cerré mis puños, no me levanté de la silla.
Imagínate, toda la variante que habíamos mirado esa noche se repitió en el tablero. Después de la partida Fischer me felicitó, pero no hablamos de la partida. En ese torneo en La Habana había muchos grandes maestros fuertes entre los 22 participantes, pero no perdí ninguna partida y no llegué al primer puesto solo por medio punto…”.
Un ocaso pleno de ajedrez
En el final de su vida estaba satisfecho, seguía jugando torneos, y a sus 80 años tenía un respetable Elo de 2.422 puntos,
Vivía modestamente, pero era feliz, en buena parte por la frecuente visita de su hijo, su nieto, su bisnieta, y …por el ajedrez. Analizaba todos los días, sin computadora, con un tablero y luego pasaba al papel sus análisis.
Cuando lo entrevistó Sosonko, Kholmov, con 79 años, estaba fascinado por una línea del Gambito Evans, “¡Es extremadamente interesante! La única partida con esta variante fue Morphy – Anderssen de 1958, ¡y ganó Andersen! Y por alguna razón nadie la jugó de nuevo. Nadie”.
“¿Puedo decir que el ajedrez me dio todo en la vida? Sí, por supuesto. Ahora estoy pensionado, la federación de ajedrez también me da algo, mi esposa también tiene ingresos, por lo que no hay nada para quejarse. Pero no se trata solo de dinero. Hay algo que hago y disfruto, Y no todos lo tienen. Otras personas se jubilan y no tienen nada que hacer, por lo que mueren rápidamente, porque no saben de qué ocuparse. Pero yo tengo el ajedrez, me rescata cada día. Sabes, el análisis es el análisis, pero jugar es lo que todavía realmente quiero hacer. El ajedrez es un milagro, por supuesto. Un milagro”.
GM Zenón Franco Ocampos
Vigo, 22 de mayo de 2024