Gran concurrencia fue a despedir los restos de la escribana y de su peque. (Foto: Gentileza)
Tocados por una profunda tristeza y con el dolor a flor de piel, una inmensa cantidad de personas acompañaron lo que fue la ida de los restos de la escribana y de su peque hasta la última morada, en el cementerio de la ciudad de Mayor Otaño.
Una caravana que se extendió a lo largo de varios cientos de metros estuvo acompañando el cortejo fúnebre demostrando lo hondo que caló en el corazón de toda una comunidad la desgracia que aconteció con esta madre y sus dos hijos, quienes fueron tragados por las caudalosas aguas del río Monday.
Por de pronto, los restos de la mujer y del varoncito ya descansan en paz, en tanto que se sigue a la búsqueda de saber qué fue lo que pasó con la princesita que estaba con ambos al momento en que todo ocurrió.
Muchas muestras de cariño y de cristiana resignación formaron parte de este triste adiós que convocó a parientes, amigos y personas que nada tenían que ver con la familia, pero que se vieron afectadas por tan triste noticia y decidieron estar presente llevando una voz de aliento.