Hasta la fecha, son 44 días que numerosas familias afectadas por la inundación siguen en situación crítica y enfrentan diariamente una serie de desafíos como los caminos intransitables que les complica la vida porque están totalmente aislados.
En cuanto a la educación, la situación es igualmente preocupante. Los niños no pueden ir a la escuela por la falta de caminos. Entonces se volvió a las clases virtuales, que se han convertido en una herramienta esencial en tiempos de pandemia, pero ahora están siendo obstaculizadas por problemas de conectividad y falta de recursos económicos para adquirir saldos de Internet. Esto genera una brecha educativa significativa y afecta el derecho de los niños y jóvenes a recibir una educación continua y de calidad.
La muerte de ganado vacuno y las pérdidas de cultivos representan un golpe muy fuerte para la economía local, que depende en gran medida de la agricultura y la ganadería. Estas pérdidas no solo afectan la seguridad alimentaria de las familias, sino que también ponen en riesgo su sustento económico a largo plazo.
Los pobladores de Valle Apuá del distrito de Pilar tuvieron que salir a las calles a reclamar a las autoridades que necesitan un plan de acción integral que incluya asistencia inmediata, recursos para la reconstrucción de infraestructuras, y medidas de apoyo económico y social. Mientras tanto, pobladores de Laguna Ita, distrito de San Juan de Ñeembucú, hicieron una colecta y contrataron una maquinaria para realizar los trabajos de drenaje ante la indiferencia de las autoridades.
Es inconcebible que el departamento de Ñeembucú, contando con la influencia política de figuras como el vicepresidente de la República, Pedro Alliana, no logre obtener los recursos necesarios para equipar con más maquinarias a los distritos afectados por las inundaciones y solucionar rápidamente el problema,
Resulta alarmante que, pese a tener una coyuntura política favorable en Ñeembucú, no se pueda romper el aislamiento y mitigar el sufrimiento de tantas familias. La falta de respuesta efectiva por parte del Gobierno Nacional ante esta emergencia refleja una desconexión preocupante entre la gestión política y las necesidades urgentes de la población.