La empresa de desextinción Colossal Biosciences ha modificado genéticamente ratones para que tengan rasgos similares a los mamuts, creando lo que la empresa denomina el ratón lanudo Colossal. Los ratones de laboratorio, a los que se ha modificado el pelaje, son una muestra del tipo de modificaciones genéticas que la empresa espera llevar a cabo a una escala mucho mayor, modificando los elefantes asiáticos para que se parezcan más a sus antepasados los mamuts lanudos.
Los genomas de los ratones Colossal se modificaron en varios puntos para cambiar su pelaje y hacerlo más largo, encrespado y dorado que el de los ratones de laboratorio normales. Algunos de los ratones también tenían editado un gen implicado en el metabolismo de los ácidos grasos, lo que debería cambiar la forma en que los animales almacenan la grasa, otra diferencia clave entre los mamuts y los elefantes asiáticos. De las múltiples cohortes de ratones editados genéticamente, un grupo presentaba modificaciones en siete genes diferentes, la mayoría relacionados con el tipo de pelo y uno de los cuales controlaba el metabolismo de las grasas.
Ratones con bigotes rizados
Los científicos ya saben cómo influyen los cambios genéticos en el pelaje de los ratones, por lo que la mayoría de las modificaciones seleccionadas por los científicos de Colossal recreaban estos cambios en lugar de utilizar ADN de mamut como modelo. «No nos limitamos a meter genes de mamut en un ratón. Hay 200 millones de años de divergencia evolutiva entre ellos, y eso no tendría ningún sentido», ni desde el punto de vista científico ni ético, afirma Beth Shapiro, directora científica de Colossal.
Además de los genes ya bien conocidos de la investigación con ratones, los científicos de Colossal también analizaron los genomas antiguos de mamuts para identificar tres genes que parecían importantes para su adaptación al frío. Dos de estos genes influían en el tipo de pelo, mientras que el tercero afectaba al metabolismo de las grasas. A continuación, los investigadores probaron distintas combinaciones de modificaciones en varios grupos de ratones, obteniendo algunos con el pelo encrespado, otros con bigotes rizados y otros con un esponjoso pelaje dorado. Los experimentos se describen en un artículo que aún no ha sido revisado ni publicado en una revista científica.
¿Mamuts o elefantes peludos?
«Estos ratones son tremendamente adorables«, afirma Ben Lamm, cofundador y director ejecutivo de Colossal. «Son significativamente más tiernos de lo que habíamos previsto, lo que probablemente significa que nuestros mamuts de primera generación también serán igual de tiernos». Lamm compartió una foto de los ratones lanudos en su hábitat en las oficinas de Colossal, acompañados de un mamut lanudo de juguete y viviendo sobre un fondo nevado. La empresa no tiene intención de criar ni vender los ratones lanudos, añadió el director general.
El experimento de Colossal plantea interrogantes sobre qué modificaciones genéticas pueden hacer que un ratón (o un elefante asiático) se parezca realmente a un mamut, afirma Vincent Lynch, biólogo del desarrollo de la Universidad de Buffalo, en Nueva York, que no participó en el estudio de Colossal. Los ratones Colossal son más esponjosos y encrespados que la mayoría de los ratones de laboratorio, eso es seguro, pero esos rasgos siguen apareciendo en otros ratones de forma natural. O, dicho de otro modo, ¿es un Chow Chow más parecido a un mamut que un chihuahua, o es simplemente un perro mucho más esponjoso?
Su posición en este espectro es en parte una cuestión semántica y en parte genética. Colossal denomina a sus futuros mamuts extinguidos «elefantes resistentes al frío», con los rasgos biológicos básicos de un mamut, pero genéticamente casi idénticos a los de un elefante asiático. Según Lamm, la empresa se centra en unos 85 genes para crear elefantes resistentes al frío y ya ha experimentado con la edición de 25 de ellos. Los ratones modificados genéticamente serán útiles para comprobar rasgos menos visibles, como el metabolismo de las grasas.
