Una estructura en espiral de enormes dimensiones parece estar flotando dentro de la parte interna de la nube de Oort, afirman investigadores del Instituto de Investigación del Suroeste, en Texas, y del Museo Americano de Historia Natural. Esta región que envuelve al sistema solar es tan grande y está conformada por tantos fragmentos que gran parte de ella sigue oculta. Por ahora, solo es posible comprender su forma a través de modelos creados con supercomputadoras.
¿Qué es la nube de Oort?
Si el sistema solar es un gran plato espacial, la nube de Oort es la cáscara que lo rodea. Está compuesta por pequeños fragmentos de roca congelada que se mueven de manera coordinada, como un enjambre alrededor de los planetas, a medida que el Sol avanza por la Vía Láctea. Hasta donde los astrónomos tienen conocimiento, es la última parte del sistema solar. Más allá de la nube comienza el espacio interestelar, la vía para conectar con otra estrella.
Todos los planetas, junto al Sol, parecen diminutos en comparación con la región de Oort. Para medir su proporción, la ciencia utiliza Unidades Astronómicas (UA), donde una UA equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol (aproximadamente, 150 millones de kilómetros). El sistema solar mide entre 30 y 50 UA, mientras que la nube de Oort comienza a partir de las 2,000 UA y se extiende hasta las 100,000 UA.
Lo que oculta la nube de Oort
La ciencia no tiene certeza de cómo se agrupan los billones de rocas que conforman esta gran región, pero ha comenzado a visualizar los fenómenos que pueden ocurrir en su interior. El último estudio, que está a la espera de ser publicado en Earth and Planetary Astrophysics, menciona que la primera parte de la nube podría albergar un par de brazos en espiral.
Si bien la fuerza gravitacional del Sol y de los planetas es responsable de la nube, cada componente que la integra también está sujeto a influencias externas del espacio profundo. La Vía Láctea influye en las rocas de la nube de Oort a través de un fenómeno conocido como marea galáctica. La fuerza de la galaxia es relativamente débil en comparación con la que ejerce la estrella principal, pero, de vez en cuando, provoca que una roca congelada se separe del enjambre y se convierta en un cometa de periodo largo.
Los expertos afirman que la marea galáctica también tiene el potencial de transformar y ordenar el entorno interno de la nube. Un modelo de comportamiento que tomó en cuenta las variables conocidas, y que se ejecutó en una supercomputadora de la NASA, reveló que los conjuntos de rocas pueden agruparse en brazos, de la misma manera que los conjuntos de estrellas se estructuran en una galaxia espiral.
El modelo predice que dentro de la nube de Oort se formará un disco en espiral de 15,000 UA de diámetro, inclinado 30 grados con respecto a la línea de la eclíptica (el plano en el que se agrupan todos los planetas). Dado que no hay forma de observar directamente la estructura, son necesarias más simulaciones para comprender la forma de la cáscara que envuelve al sistema solar.