La derrota del Arsenal contra el Manchester United en la Copa de Inglaterra, en la tanda de penaltis, fue un duro golpe para el equipo de Mikel Arteta en un momento crucial de la temporada si quiere seguir persiguiendo al Liverpool en la Premier League. Pero ésa no fue la única mala noticia para el equipo londinense: las peores predicciones sobre Gabriel Jesus parecen cumplirse.

Cuando el brasileño fue retirado en camilla en el minuto 41, mucha gente se temió lo peor: una lesión del LCA (rotura del ligamento cruzado anterior), una lesión que sufren a veces los deportistas en la rodilla, que no sólo es increíblemente dolorosa, sino que conlleva un tiempo de recuperación muy largo, de muchos meses, a veces casi un año.

Y Arteta, antes del partido del miércoles contra el Tottenham Hotspurt, el derbi del norte de Londres, dijo que “no tiene buena pinta en absoluto”. Se negó a confirmar el alcance de la lesión, pero todo apunta a un desgarro o rotura del ligamento cruzado anterior. “No quiero confirmar nada hasta que tengamos el informe definitivo esta tarde. Estábamos muy preocupados después del partido y estamos muy preocupados hoy”.

También es un duro golpe para el equipo brasileño. En sus últimos siete partidos con el Arsenal, el delantero marcó seis goles. Ahora, el Arsenal dependerá de Kai Havertz en la posición de delantero centro. Todavía hay tiempo para intentar fichar a un nuevo jugador en el mercado de fichajes de invierno, algo que Arteta había solicitado anteriormente, y que ahora parece una prioridad absoluta si quieren seguir luchando por los títulos este año.