Tradicionalmente, la ciencia se enseña en las aulas de las escuelas, en los museos especializados y, quizá, con mucha suerte, en las casas con divertidos experimentos. Pero, ¿por qué no pensar en los mercados, en las casas hogares, en la calles de los barrios como escenario para que las infancias que, por una u otra razón, no pueden acceder a los sitios de toda la vida y aprendan a fascinarse con el mundo? ¿Por qué siempre se enseña ciencia solo en las grandes universidades?

¿Qué tal si pensamos en el barrio más bravo de Ciudad de México? ¿Qué tal si llevamos la biología, la física y la química a Tepito? Esa fue la idea maravillosa del Proyecto Puentes de 100cia, que está cambiando la forma en que las infancias perciben la ciencia en Tepito.

Gracias a la inquietud de Angelina Vázquez, una ingeniera en biotecnlogía, apasionada por compartir su conocimientos, y a dos asociaciones civiles: Las Mercedes y el Foro Cultural Martes de Arte en Tepito, nació el proyecto, que brinda talleres prácticos que buscan demostrar que la ciencia está presente en la vida diaria y puede ser divertida, accesible y transformadora. El objetivo es reducir la brecha de educación científica que existe Tepito, al tiempo que muestran que la ciencia es más que conceptos aburridos, y que también pueden divertirse y experimentar.