Ciudad del Este ha experimentado un crecimiento acelerado en los últimos años, posicionándose como un importante polo comercial y de atracción para miles de personas diariamente. Sin embargo, este desarrollo no ha venido acompañado de una mejora adecuada en la infraestructura vial, lo que ha generado una grave crisis de congestión vehicular que afecta tanto a residentes como a visitantes, en puntos neurálgicos como el Km 10 de la ruta PY02. En el lugar el caos en el tránsito se ha convertido en un problema grave, con consecuencias palpables para la calidad de vida de los ciudadanos.
Uno de los puntos más críticos en la ciudad es la rotonda del Km 10 sobre la ruta PY 02, una de las principales arterias de acceso y salida del municipio. Este tramo se ha convertido en un embudo donde el tránsito se paraliza durante las horas pico, especialmente por la mañana y la tarde. A pesar que hace años se ha señalado la urgente necesidad de contar con semáforos o algún tipo de regulación en el lugar, las autoridades locales, incluido el intendente Miguel Prieto, no han tomado cartas en el asunto.
La inoperancia de la Patrulla Caminera y la Policía Municipal de Tránsito de Ciudad del Este es otro factor que agrava la situación. La presencia de agentes de tránsito en este punto crítico es nula, lo que contribuye al caos de las filas kilométricas y los constantes embotellamientos. Los conductores pierden horas valiosas intentando atravesar este tramo sin recibir ningún tipo de apoyo de las autoridades encargadas de velar por el orden y la seguridad vial.
Lo que podría ser una luz al final del túnel es el anuncio del presidente Santiago Peña sobre la construcción de un viaducto en la zona. Con financiamiento de Itaipu Binacional, se proyecta la construcción de un viaducto de 750 metros en el Km 10, que contará con dos carriles por sentido, además de mejoras como retornos en U, calles colectoras y pasos peatonales. Esta obra, que se espera comience en el primer semestre de 2025, promete aliviar el colapso del tránsito y mejorar significativamente la movilidad en la zona. No obstante, existen justificados temores de que se registren atrasos considerables en el inicio de la obra, ya que no sería la primera vez que el Gobierno Central anuncia grandes obras para la capital departamental, que al final no se concretan.
No obstante, la necesidad urgente de medidas temporales es apremiante. El caos vial en Ciudad del Este no puede seguir siendo ignorado. La inacción de la municipalidad y las autoridades de tránsito ante la crisis vial solo agrava la situación, afectando el bienestar de los ciudadanos y el desarrollo económico de la ciudad. La falta de intervención en este aspecto pone en evidencia una vez más la desconexión entre las autoridades locales y las necesidades reales de la población.
Es imperativo que se tomen decisiones inmediatas para mitigar los efectos de esta congestión, mientras se espera la implementación de soluciones a largo plazo como el viaducto. Las autoridades deben cumplir con su responsabilidad de garantizar una movilidad urbana eficiente, no solo como una cuestión de comodidad, sino como una prioridad de seguridad pública.