El jefe financiero paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Federico Vergara, decía a un canal de TV de Encarnación, reproducidas la última semana por ABC, que en la audiencia que les concedió el presidente Santiago Peña el miércoles 16 de octubre, recibieron de él “instrucciones claras” sobre Yacyretá.
¿A qué punto de la sobrecargada agenda de la EBY se refirió el mandatario? Vergara dijo que el Paraguay está dispuesto a ceder parte de su energía para aliviar la crisis energética argentina, pero con una condición fundamental, “que nos paguen lo que nos adeudan”.
Recordemos que también la agenda sobre las deudas de Yacyretá exhibe severas sobrecargas, que más temprano que tarde desatarán las turbulencias propias del colapso, más aún, según Vergara, porque el Gobierno de Javier Milei, insiste en ignorar el pasado de la entidad binacional y que pretende detener su atención solo en su futuro. En cuanto al Paraguay, explicó que busca resolver la deuda que se acumuló para continuar.
Si de deudas se trata, grosso modo, se podría clasificarlas en recientes e históricas. En lo atinente a las recientes, el jefe financiero paraguayo, en su entrevista con el colega encarnaceno, apuntó los US$ 86 millones que Argentina debe a nuestro país por cesión de energía, “por el uso de la energía paraguaya desde abril de 2023″, tal como señaló Vergara.
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Aun en el territorio de los pasivos recientes, el jefe financiero paraguayo destacaba otros US$ 129 millones, a los que etiquetó como “deuda operativa”, en otras palabras, parte de los compromisos argentinos, específicamente del gobierno, de abonar las facturas que les remite la EBY por la utilización de la energía que genera y le suministra la entidad binacional.
Si nos desplazamos algunos años, ya en el campo de la deuda histórica, Vergara hablaba inclusive de una de US$ 5 mil millones, que no paga el gobierno argentino a la EBY. Explicó que es “la diferencia entre lo que factura la binacional y lo que realmente le pagan”.
Si nos adentramos en el campo minado de la deuda histórica que el Gobierno argentino reclama a la EBY, la que en medios argentinos, con frecuencia se imputó al Paraguay, “por la construcción de Yacyretá”, el funcionario paraguayo de la EBY dijo que la binacional no reclama la deuda señalada en el párrafo precedente, “en forma dura”, porque teme que los gobiernos de turno del vecino país le recuerden que, “según los papeles”, la EBY “está debiendo cerca de US$ 20.000 millones” por la construcción – de la hidroeléctrica – al gobierno argentino.
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En fuentes técnicas del Sector Energía de nuestro país, independientes del Gobierno y de la EBY, recuerdan que de los 449.956.144 MWh que generó Yacyretá en el período comprendido entre 1994 y parte del presente (2024), el Paraguay utilizó 34.673.882 MWh (7,71%); mientras que Argentina aprovechó 415.282.262 MWh, el 92,29%.
La pregunta que repiten en nuestras fuentes busca que los responsables expliquen qué pasó con las correspondientes facturas. Porque si el destino de la energía fue el sistema eléctrico argentino, es lógico que ese sistema asuma y pague las facturas.
Según la Nota Reversal del 9 de enero de 1992, impugnada por el Legislativo paraguayo porque la consideraron inconveniente para los intereses nacionales, la tarifa actualizada de Yacyretá supera los US$ 50/MWh, luego sería importante y sobre todo justo, aclarar quién debe a quién en Yacyretá.
Óscar Thomas, director ejecutivo de la entidad entre el 2002 y el 2014, en entrevista con un medio argentino -La Voz de Misiones – preguntado sobre el punto, dijo que Yacyretá generó en los últimos cinco años -¿2019-2024?- un promedio anual de 23.000.000 de MWh, “por lo tanto, tendría que recibir por la venta de esa energía unos US$ 1.200 millones. Si Argentina retira de Yacyretá el 62% -en esos últimos cinco años – debería pagar a Yacyretá en esa misma proporción”.
Thomas usó una tarifa promedio de US$ 52,2/MWh, pero se limita a los últimos cinco años, no a los 30 años de producción que acumula la central, o sea 449.956.155 MWh, de los que su país aprovechó 415.282.262 MWh.
Apuntemos también en este recuento, incompleto, el Acuerdo Cartes-Macri y su subproducto la Nota Reversal N.º 2/17 (Loizaga-Faurie), que había reducido ese pasivo a US$ 4.000 millones, sin muchas explicaciones a los contribuyentes paraguayos y argentinos y con demostrables transgresiones del Tratado de Yacyretá, específicamente, del numeral IX del Anexo C, según el cual debe tenerse en cuenta también en la hora de los cálculos finales “la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países”.
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Los técnicos consultados alertan también que si la sequía que afecta al río Paraná se mantiene, así como la política de aprovechamiento de la energía paraguaya en Yacyretá vigente desde junio de este año, el sistema argentino deberá recurrir a una mayor importación de energía y a la utilización de más energía generada por centrales térmicas, hechos que le aumentarán su costo.
Vergara anticipaba que la condición, a la que destacó como “fundamental” para que el Paraguay permita una mayor cesión de su energía, es que la Argentina pague la deuda que tiene con nuestro país por cesión de energía. Condición que, según las fuentes independientes que consultamos, sería absolutamente insuficiente si el Paraguay, en rigor, aspira a la recuperación de su soberanía en Yacyretá.
Recuerdan que la compensación por cesión de energía, aun con la frustrada Nota Reversal 2/17, apenas araña los US$ 12/MWh, pese a que la que importa Argentina, inclusive actualmente, del Uruguay y Brasil se posiciona muy cerca de los US$ 100/MWh.
Además, la deuda de Yacyretá con el Paraguay en razón de territorio inundado – la superficie que anega el embalse del complejo hidroeléctrico es territorio nacional en más del 80%- la que según se informó se acerca ya a los US$ 1.500 millones, no se vislumbra siquiera una negociación medianamente aceptable sobre la materia.