Un equipo internacional de científicos encontró un patrón estadístico en algunas de las ecuaciones más famosas de la historia. Este desconcertante resultado podría señalar la presencia de una verdad superior de la naturaleza (meta-Ley) que todavía no se alcanza a comprender, o bien, exponer la tendencia de los seres humanos a encontrar formas y patrones donde no los hay.
Los físicos, comandados por el Dr. Andrei Constantin de la Universidad de Oxford, utilizaron una técnica de contabilización lingüística para encontrar patrones en las fórmulas que describen el funcionamiento del universo. Se inspiraron en la Ley de Zipf, un principio estadístico creado por un profesor de Harvard en 1940 y usado para encontrar las palabras que más se repiten en grandes conjuntos de textos.
La Ley de Zipf concluye que, cuando la frecuencia de palabras repetidas de un texto se organiza gráficamente en forma decreciente, la tabla mostrará un patrón exponencial: la segunda palabra más frecuente de un texto aparecerá la mitad de las veces que la primera, mientras que la tercera más frecuente se mostrará aproximadamente un tercio de las veces en comparación al primer valor, y así en lo sucesivo.
“Inspirándonos en la lingüística, investigamos si surgen patrones similares para la distribución de operadores en las ecuaciones de la física”, afirma la investigación que por ahora solo está disponible en el servidor de publicaciones ArXiv. El objetivo era encontrar, en palabras de los autores, señales del “modus operandi” de la naturaleza.
Los físicos revisaron aproximadamente 212 fórmulas matemáticas distribuidas en tres bases de datos o “corpus de texto”: ‘Conferencias de Física de Feynman’, la lista de Wikipedia de fórmulas científicas con nombres de autor y la ‘Enciclopedia Inflatoniaris’, donde se reúnen las ecuaciones que intentan explicar la presencia del inflatón, la partícula teórica presumiblemente responsable de la expansión del universo.
La repetición de los elementos de las fórmulas tiene un orden
El equipo revisó los símbolos y operadores matemáticos de las fórmulas como si fueran palabras en un texto. Después contabilizaron cuáles eran los que más se repetían, según los principios de la Ley de Zipf. El análisis permitió encontrar un patrón exponencial aceptable de frecuencias en los operadores de las ecuaciones de física. Para fines prácticos, parece ser que hay un cierto orden y proporción en los componentes de las fórmulas que se repiten, aunque ello no tenga todavía una explicación.
El estudio es consciente de los desafíos que presenta su análisis y de los sesgos que pueden surgir de emplear técnicas de contabilización de palabras en principios físicos. “Al igual que con la Ley de Zipf en lingüística, los mecanismos subyacentes que conducen a los patrones observados no están claros. Puede ser que el sesgo cultural influya fuertemente en la forma en que formulamos ecuaciones, lo que nos lleva a emular formas existentes y, por lo tanto, a perpetuar los patrones establecidos”, detalla el informe.
Sin embargo, los científicos se han permitido imaginar, aunque sea un poco, lo que puede generar un ordenamiento de las ecuaciones que describen el comportamiento de gran parte del universo. “Es tentador creer que la relación frecuencia-rango observada refleja un aspecto más profundo de las leyes físicas que podría considerarse como una meta-Ley fundamental, una Ley sobre las leyes de la física misma. Nos abstenemos de seguir especulando”, concluye el texto.