La autopsia reveló que hubo un abandono en la medicación que Liz debía tomar y eso llevó a un cuadro irreversible. (Foto: MSPyBS)
Se habían adelantado como causales y se terminaron confirmando una vez que se realizó la autopsia. La joven Liz, de 19 años y quien en 2012 había sido beneficiada con un trasplante del corazón, perdió la vida como consecuencia del abandono de la medicación que debía tomar de por vida. Esto hizo que sus sistema cardíaco comience a funcionar mal y tras de sí todo el resto de los órganos.
Al decir de Plablo Lemir, jefe médico de Medicina Legal en nuestro país, explicó en charla con NPY que los pacientes como Liz, quienes reciben un trasplante, deben consumir determinados medicamentos de por vida esperando que el cuerpo no rechace ese órgano que no es propio. Al parecer, la joven ya no consumía en forma algunas de estas medicinas.
“La medicación antirrechazo debe consumir de por vida el trasplantado, de no hacerlo se puede presentar un rechazo agudo, que es el aspecto que tiene el resultado de la autopsia”, reveló el jefe de medicina forense.
En este caso, se encontraron “características de un agrandamiento del corazón, a expensas de una dilatación cardíaca del ventrículo izquierdo. Además, una congestión de todas las vísceras, hígado, los pulmones que pesaban más por el edema de pulmón”.