La escalada de ataques en el Líbano obligó a miles de civiles a abandonar el país en busca de seguridad y una oportunidad para rehacer sus vidas. Debido a su consolidada comunidad árabe-libanesa, Foz de Iguazú se convirtió en uno de los destinos más populares en Brasil para quienes huyen del conflicto en el Medio Oriente.
Un estudio preliminar del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil indica que alrededor del 23% de los libaneses que buscan refugio en Brasil podrían establecerse en la frontera entre Foz de Iguazú y Ciudad del Este. Según la Embajada de Brasil en Beirut, 3.000 personas ya manifestaron su interés en refugiarse en suelo brasileño. Actualmente, se estima que cerca de 21 mil brasileños residen en Líbano, según cifras de Itamaraty.
Hasta el 19 de octubre, el gobierno brasileño había coordinado seis operaciones de repatriación, trayendo de vuelta al país a 1.317 pasajeros desde Líbano. Los vuelos, que comenzaron el 4 de octubre, incluyeron a 242 niños, 40 bebés, 138 ancianos, 12 mujeres embarazadas, 101 personas con problemas de salud, 12 con discapacidad, además de 15 mascotas, según informó Agência Brasil. De este total, aproximadamente 225 personas llegaron a Foz de Iguazú.
La repatriación fue posible gracias a un acuerdo entre Itamaraty y el gobierno libanés, que prioriza a mujeres, niños, ancianos y brasileños no residentes en Líbano.
Foz de Iguazú alberga la segunda comunidad árabe más grande de Brasil, con una población aproximada de 12 mil a 15 mil inmigrantes y descendientes, solo superada por São Paulo.
MIGRANTES POR INICIATIVA PROPIA
Sin embargo, los datos oficiales no capturan completamente la magnitud de la dispersión libanesa. Además de los refugiados que llegan en vuelos de la Fuerza Aérea Brasileña, hay familias que abandonan Líbano por cuenta propia, ya que no cumplen con los requisitos para la repatriación gubernamental. Estas personas, sin lazos previos con Brasil, eligen el país y Foz de Iguazú como destino, confiando en la bienvenida que recibirán.
En las últimas semanas, la Casa do Migrante en Vila Portes brindó apoyo a tres familias libanesas que llegaron a Brasil de manera independiente, sin depender de la ayuda humanitaria del gobierno. La hermana Terezinha Mezzalira, encargada del lugar, señaló que estas familias aterrizaron en São Paulo y luego viajaron en autobús a hasta la frontera. Sin parientes en el país, algunos están alojados en casas de paso, donde reciben asistencia básica.
Consciente de la creciente afluencia de libaneses, la comunidad árabe-libanesa de Foz de Iguazú comenzó a movilizarse para recibir y apoyar a los refugiados. La mayoría de quienes llegaron hasta ahora se instalan en casas de familiares o sus propiedades. Además, hay iniciativas para integrar a los recién llegados, como inscribir a los niños en escuelas y ayudar a los adultos a encontrar empleo. También se están estudiando opciones como programas de alquiler social o la provisión de habitaciones de hotel para albergar a los migrantes.