El ex presidente de Perú, Alejandro Toledo, ha sido condenado a 20 años y seis meses de cárcel tras hallarlo culpable de la comisión de los delitos de corrupción y blanqueo de dinero en el marco del caso ‘Interoceánica Sur’, tramos II y III. El ‘Cholo’, quien había sido un puntal en la lucha para desplazar del poder al autócrata Alberto Fujimori, 24 años atrás, se convierte en el primer expresidente del Perú en ser sentenciado por el caso Lava Jato, la red desobornos que tuvo a la empresa brasileña Odebrecht como principal protagonista y que alcanzó a funcionarios y políticos de varios países latinoamrricanos.
“Se coludió con particulares interesados como Odebrecht para que, mediante una coima (soborno) de 35 millones de dólares se otorgara a la empresa brasileña la licitación de la construcción de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica, causando perjuicio al Estado”, señala el veredicto, según indica el Poder Judicial a través de su perfil en la red social X.
Al momento de escuchar su sentencia, el ‘Cholo’, como le decían por sus rasgos aindiados, dibujó una inexplicable sonrisa mientras conversaba con sus abogadois. Con la condena de este lunes concluye un proceso que incluyó gestiones intensas de la justicia y la diplomacia peruana para extraditar al exmandatario tras su huída del país hacia Estados Unidos.
“Seré un presidente implacable a la hora de luchar contra la corrupción que envenena el alma de nuestro país”, había dicho al asumir el poder, el 28 de julio de 2001, como líder de Perú Posible. Con la banda presidencial en el pecho, investido en el Congreso de la República y ante nutrida audiencia, Toledo prometió también una era de transparencia y reparaciones sociales para dejar atrás una década de fujimorismo. Más de 23 años después, sentado en los tribunales, era una caricatura de aquel dirigente.
La defensa del exmandatario, Roberto Su, anunció que apelará la decisión y dijo esperar que esta pueda ser revisada en una segunda instancia.
Más allá del resultado judicial, el caso Toledo recuerda a los peruanos hasta qué punto las expectativas creadas con su asunción se desmoronaron con el correr de los años. Su sucesor, Alan García, se suicidó en 2019 antes de que la policía lo apresara por otro sonado escándalo de corrrupción. Ollanta Humala también estuvo preso. Pedro Pablo Kuczynski tuvo que dimitir antes de ser cesado por el Congreso por un episodio doloso. El presidente provinsional Martín Vizcarra corrió la misma suerte. Pedro Castillo, electo democráticamente en 2021, no pasó la prueba del Parlamento, que lo destituyó en diciembre de 2022. La actual mandataria interina, Dina Boluarte, tiene una popularidad menor al 10% y administra el Estado con la amenaza latente de ser también cesada por la legislatura.