Aunque la marca del Biscione -la serpiente gigante que luce el logo de Alfa Romeo- tiene en su oferta modelos tan accesibles como su nuevo y atractivo Junior -por debajo de los 30.000€-, lo cierto es que, periódicamente nos sorprende con versiones muy especiales, desarrolladas en departamentos especiales o directamente de competición, son coches para los que la historia de la marca y su leyenda es importante, modelos muy afinados y de altísimo rendimiento para conducir muy deportivamente, coches que visitan los circuitos con regularidad… Así, en esta ocasión y para homenajear la primera victoria de Alfa Romeo en la Mile Miglia, con su 6C 1500 Super Sport, en 1928, la marca italiana ha desarrollado unas versiones muy especiales sobre sus Giulia y Stelvio, con un motor V6 de 520 CV y muchísimos detalles tanto mecánicos, como cosméticos, dando lugar a la series limitadas Quadrifoglio Super Sport.
Sólo se fabricarán 275 unidades del primero y 175 del segundo, pero como decíamos más arriba, estas series limitadas son la “especialidad de la casa” y están ya vendidas, y hemos tenido suerte porque tres de esos Stelvio y nueve Giulia se han vendido en nuestro país -hemos sabido que también uno de los poquísimos 33 Stradale-.
Entonces, ¿por qué nos hemos acercado al circuito del Jarama para poder probarlos? Pues porque Alfa Romeo quiere demostrar lo que son capaces de hacer, la tecnología que manejan e incorporan en sus modelos de calle y que son capaces de proponer berlinas y SUV de entre los más rápidos del mundo. Tras bajarnos de ellos, damos fe de que lo han conseguido.
Un detalle de está especial serie limitada es la reinterpretación que en el Centro Stile de Alfa Romeo han hecho del famoso símbolo del Quadrifoglio y, por primera vez, el triángulo que aloja el trébol de cuatro hojas pasa del blanco al negro, tras celebrar su centenario el pasado año.
La fuerte personalidad estética con el nuevo logotipo Quadrifoglio con fondo negro y el uso generalizado de fibra de carbono, visible en el techo -solo en el Giulia y de manera opcional pagando 1.500€ más-, en la “V” del escudo y en los espejos retrovisores. Llantas de aleación de 5 agujeros bruñidas, de 19” para el Giulia y de 21” para el Stelvio, con nuevas pinzas de freno negras. Están disponibles en las siguientes libreas (colores): Rojo Etna de tres capas, Negro Vulcano metálico y Blanco Alfa (solo Giulia).
Destacar también sus nuevos faros “3+3”, con nuevas luces matriciales adaptativas Full-LED con luz de carretera antideslumbrante y adaptable para una iluminación óptima en todas las condiciones, lo que garantiza ahorro de energía, mejora de la seguridad y reducción de la fatiga visual.
Las mismas características deportivas se pueden encontrar en el interior, donde el acabado 3D en fibra de carbono roja hace su debut en el salpicadero, el túnel central y los paneles de las puertas. Los reposacabezas delanteros están adornados con costuras del logotipo “Super Sport” en rojo y el número del coche en negro para distinguirlos como parte de la exclusiva serie limitada. El volante está tapizado en cuero y Alcántara con costuras negras y detalles en fibra de carbono.
La lista de opcionales, pese a lo completo del equipamiento de serie, es larga, con elementos como los frenos carbocerámicos, el escape Akrapovic -que suena divinamente-, etc. lo que no deja de ser curioso puesto que el Stelvio Quadrifoglio Super Sport cuesta 121.800€ mientras que el Giulia Quadrifoglio Super Sport baja hasta los 111.600€.
Pero veamos como van estas ‘refinadas bestias’ en el circuito. El responsable de que estos Alfa vayan tan bien es su diferencial mecánico de deslizamiento limitado, tomado del Giulia GTA, que contribuye a mejorar el comportamiento y la tracción, optimizando la transferencia de par y aumentando la estabilidad, la agilidad y la velocidad en las curvas.
Comenzamos con el Stelvio y, mientras nos instalábamos en el puesto de conducción pensábamos -siempre nos pasa con los ’súper SUV’- en lo alto que estamos para ir de verdad deprisa, sensación que desaparece nada más negociar la primera curva. Y es que éste Stelvio corre de verdad –3,8 segundos en el 0-100 Km/h y 285 Km/h de punta-, pero también frena divinamente y tracciona con nobleza, con lo que las curvas son una delicia. En la posición Race del DNA -modos de conducción- rodamos sin ayudas electrónicas y la sorpresa es que apenas las echamos de menos, pues conseguimos parar el coche y salir de las curva, justo donde queremos.
Bajarnos a Giulia fue todavía más especial, puesto que ‘las distancias’ las controlamos mejor desde más abajo. Por experiencia sabemos que un coche que va muy bien en circuito será torpe e incómodo en carretera abierta, Alfa ha conseguido que sus Quadrfoglio Super Sport funcionen brillantemente en ambos mundos, felicidades, Alfa!