La expareja del dueño de la firma Daruma Sam (Aposta.La), Emilio Enrique Núñez Álvarez, imputada por supuesta coacción, privación de libertad y violencia familiar, deberá presentarse hoy a las 08:00 ante el juzgado del magistrado Nelson Ojeda para una audiencia de imposición de medidas. Existe justificado temor de una medida desproporcional en la causa, como el arresto domiciliario, llevando en cuenta el enorme poder económico de Núñez Álvarez, que en varias oportunidades advirtió a la mujer que “solucionaría todo a platazo limpio” y que la justicia iba a doblegarse a todas sus exigencias. La actuación de la polémica fiscal Natalia Montanía es muy cuestionada en el caso, ya que se allanó prácticamente a todo lo denunciado por Núñez Álvarez, mientras que descartó alevosamente la denuncia de la víctima, que ya había denunciado al empresario por violencia familiar en marzo pasado.
En la causa resulta más que evidente que el empresario de apuestas deportivas tiene bajo su comando a la Fiscalía y al Poder Judicial, a los que manipula escandalosamente en beneficio propio, según lo había denunciado el abogado de la afectada, Andrés Álvarez. El caso se remonta al 16 de marzo pasado, cuando Emilio Enrique Núñez Álvarez se instaló en la casa familiar ubicada en el Paraná Country Club de Hernandarias, luego de haber abandonado la vivienda previamente. Cuando la expareja, A.M.V.B., regresó de un viaje, el empresario la agredió verbalmente la sacó de la casa a empujons, alegando que era “todo suyo”.
En la oportunidad el enardecido hombre incluso la amenazó de muerte, por lo que la víctima tuvo que refugiarse en la casa de una amiga. El mismo día, la mujer radicó denuncia en la Comisaría 5ta de Hernandarias y ante el Juzgado de Paz de Hernandarias, ya que se trata de un patrón de conducta reiterativo de parte del empresario.
El 2 de abril, la justicia ordenó la exclusión de hogar del denunciado, que instaló entonces a su hermano Nicolás Núñez en la casa que figura a su nombre, supuestamente para cuidar “su patrimonio”. El día 9 de abril, la denunciante se ratificó en su declaración ante la fiscal Natalia Montanía, presentando todas las pruebas y el diagnóstico médico expedido en el Hospital Regional, atestiguando las agresiones sufridas.
En la misma fecha, el abogado Hugo Ojeda, representante legal de los hermanos Emilio y Nicolás, presentó una presunta denuncia falsa contra la mujer en la unidad de Natalia Montanía, por supuesta privación de libertad y agresión sufrida por Nicolás. Presuntamente, la denunciante habría llaveado en el sanitario a Nicolás y luego lo golpeó en el pecho con un cinto. La mujer es de contextura física pequeña y delgada, por lo que resulta difícil creer la versión de los hermanos Núñez Álvarez, aunque la justicia sí le da mucha “credibilidad”. Para evidenciar la presunta “agresión”, se constató que Nicolás tenía un pequeño moretón en el pecho, que sería auto infligido. Si bien el sujeto había declarado previamente a la Policía que se encontraba en la casa por voluntad propia, la víctima fue imputada inmediatamente por la agente fiscal Natalia Montanía por supuesta coacción y violencia familiar. La mujer ni siquiera fue convocada para prestar declaración indagatoria y la agente fiscal decretó inmediatamente su aprehensión y remisión a la comisaría de mujeres de Ciudad del Este, facultad jurisdiccional de los magistrados. Montanía pasó por alto todo para cumplir las órdenes del “patrón” Emilio Núñez.
Tal es así que, en un operativo llevado a cabo en el Paraná Country Club de Hernandarias, agentes de la Dirección Contra Hechos Punibles Económicos y Financieros procedieron a la detención de A.M.V.B., en cumplimiento al Oficio N° 400, en el marco de la Causa N° 00.944/24, caratulada «Ministerio Público s/ supuesto Hecho Punible Contra la Libertad de las Personas (coacción) y c/ el estado civil, el matrimonio y la Familia (violencia Familiar)». Llama la atención que la operación fue concretada por personal de Delitos Económicos, lo que fortalece las sospechas de que “corrió mucha plata” para detener a la víctima.
Hoy la mujer enfrenta la audiencia de imposición de medidas, en donde de haber realmente justicia. El caso debería quedar descartado, pero teniendo en cuenta el poder económico del denunciante, se teme que se ordene el arresto domiciliario de la víctima, lo cual la perjudicaría enormemente en otros procesos que tratan sobre la custodia de sus hijos y que están pendientes de resolución.
Pese a que ya se solicitó la nulidad del acta de imputación, por las escandalosas decisiones de Montanía, esto no ha tenido efecto y la causa se sigue tramitando en los juzgados. Desde que se inició esta causa se menciona el poder e influencia del empresario Núñez Álvarez, quien maniobró para quedar impune y de paso “hacerle la vida imposible” a su expareja, que ya fue encarcelada, humillada (esposada ante la vista de todos y tratada como delincuente) e imputada, con el riesgo de decretarse su arresto domiciliario y otras medidas restrictivas.