A pesar de las condiciones climáticas adversas que afectaron a las distintas zonas productivas del departamento, Alto Paraná sigue liderando el ranking nacional de mayor productor de soja. El ingeniero Rubén Sanabria, miembro de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, señaló que se llegó a un rendimiento de 3.200 kilogramos por hectárea. La zafra 2023/2024 inyectaría un promedio de USD 1.050 millones, considerando que la producción alcanzó más de 3 millones de toneladas. El área de cultivo fue de 930.000 hectáreas.
Sanabria reveló que la producción de soja en Alto Paraná alcanzó un rendimiento promedio de 3.285 kg por hectárea, totalizando 3.058.302 toneladas en la última zafra. Con un precio internacional de USD 350 por tonelada, esta cosecha representa una inyección económica de más de USD 1.070 millones a la economía paraguaya.
«Esta producción es una muestra del potencial agrícola de Alto Paraná y su capacidad para generar ingresos. En Alto Paraná el rendimiento fue bueno. A pesar de la sequía que afectó a otras regiones como San Pedro del Ycuamandiyú, aquí logramos alcanzar grandes volúmenes de producción, que repercute en la exportación,» comentó Sanabria.
IMPACTO ECONÓMICO
La soja producida en Alto Paraná constituye alrededor del 26% de la producción nacional, lo que subraya la importancia estratégica de esta región en el contexto agrícola y económico del país. Sanabria explicó que la inyección de más de USD 1.000 millones contribuirá no solo a fortalecer la economía local, sino también a mejorar la balanza comercial.
«El impacto económico de esta cosecha es significativo. Los ingresos generados a través de la exportación de soja ayudarán a fortalecer nuestra economía y proporcionarán fondos esenciales para el desarrollo de infraestructuras y otros proyectos,» enfatizó Sanabria.
MAÍZ Y TRIGO
Además de la soja, Alto Paraná ha diversificado su producción agrícola con cultivos de maíz, trigo y avena. «Estamos en plena temporada del maíz zafriña, que se siembra después de la soja, y también hemos plantado trigo y avena, que son cultivos de invierno. Esta diversificación no solo asegura un flujo constante de ingresos, sino que también fortalece la producción agrícola frente a desafíos climáticos y de mercado,» explicó Sanabria.
A pesar de los buenos resultados, Sanabria advirtió sobre la caída de los precios internacionales de la soja. «El año pasado, el precio era de USD 400 por tonelada, pero este año bajó a USD 350. Esto representa una disminución de más de mil millones de dólares en ingresos por exportaciones, lo que también afecta a los productores,» señaló.
LEY DE SEMILLAS
Uno de los principales desafíos para los agricultores de Alto Paraná es la nueva ley de semillas que está en discusión. Sanabria expresó su preocupación sobre la posible prohibición de guardar semillas para uso propio. «No estamos de acuerdo con la prohibición de guardar semillas. Esta práctica es esencial para los agricultores, tanto pequeños como grandes, y nos ayuda a reducir costos y garantizar la sostenibilidad de la producción,» afirmó.
Sanabria se mostró optimista sobre el futuro de la agricultura en Alto Paraná. «Con las condiciones climáticas adecuadas y una gestión eficiente, continuaremos fortaleciendo nuestra producción y contribuyendo a la economía del país. La soja es nuestro principal motor económico y, con el apoyo adecuado, podemos seguir liderando la producción nacional y asegurando la estabilidad económica,» concluyó.