Cada día son más las ciudades que deciden cobrar una tasa turística a sus visitantes. Esta tarifa se aplica en la factura del hotel o se cobra al llegar al destino. En España, recibimos una gran cantidad de turistas, repercutiendo en el estado de los municipios y las playas.
Para costear el desgaste de esta saturación, Sitges está considerando que los turistas paguen un coste por entrar en la población.
El turismo de masas afecta a los ciudadanos de la propia ciudad, originado un debate entre los Ayuntamientos. En Valencia, los viajeros que no cuentan con hospedaje y visitan la ciudad en un solo día, tienen que pagar una tasa de 5 euros para poder acceder al casco histórico. Ahora, Sitges se plantea utilizar el mismo método.
El cobro de esta tasa turística pretende reducir las aglomeraciones, animando que los visitantes se queden más días en la ciudad y también, mejorando la calidad de vida de los residentes. Sitges cuenta con un clima ideal durante todo el año, un precioso casco antiguo, y unas playas bellísimas bañadas por el mediterráneo.
Las calles del centro de la localidad catalana fueron construidas a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Otra de las ubicaciones emblemáticas es el Palacio Maricel, sobre unas antiguas casas de pescadores. La Parroquia de Sant Bartomeu y Santa Tecla, forma parte de la iconografía de la ciudad.