La propuesta de activar el poder constituyente hecha por el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha generado acusaciones de sus adversarios.

“Mis amigos, estamos en golpe de Estado”, dijo esta semana el exministro uribista Fernando Londoño, que considera que el mandatario colombiano, Gustavo Petro, adelanta acciones para ocupar la silla presidencial indefinidamente, sin que halla pruebas de ello.

Si bien el presidente ha sido enfático en descartar la reelección como una alternativa o promover una actuación por encima de la Constitución colombiana y las leyes, la preocupación de lo oposición se centra en el alcance que tendría su propuesta de que se instaure el poder constituyente.

En un acto público el pasado jueves, Petro aseveró: “Yo no he hablado aquí de una asamblea constituyente, como dice la prensa, y menos aún para reelegirme, los que se reeligieron fueron otros, cambiaron la Constitución para ello”.

“El poder constituyente es poder del pueblo, es capacidad de decisión, de organización, es poderle decir a la sociedad colombiana que el pueblo tiene poder y que decide; que quiere cambiar la historia de Colombia, no hay democracia sin pueblo”, explicó.

Días atrás, el mandatario expresó que “el poder constituyente no necesariamente es una Constituyente” y aseveró que su convocatoria se hace para “llevar a canon constitucional el acuerdo nacional que no se contempló en 1991”, cuando se promulgó la carta magna del país suramericano.

¿Un cierre del Congreso?

Las especulaciones se han desatado de tal manera los últimos días, que la Presidencia de Colombia publicó en su cuenta de X que no era cierto que el jefe de Estado cerraría el Congreso, como han afirmado varios opositores. 

“Hacemos un llamado a los líderes de opinión y a la ciudadanía en general para evitar la difusión de especulaciones que generan pánico y desinformación”, dice el corto escrito.

La insistencia de una reelección

En una interacción reciente, el presidente escribió que, al contrario de lo que señalan sus opositores, no le interesa “para nada” la reelección. En Colombia, la posibilidad de repetir en la primera magistratura esta descartada constitucionalmente.

Petro se pronunció sobre quienes “sí se aprovecharon” de la reelección “y convocaron a la guerra y a la paz, ahora proponen golpes de Estado”.

El líder del Pacto Histórico hizo referencia al expresidente Álvaro Uribe, quien sancionó una reforma constitucional que dio vía libre a que gobernara durante un segundo periodo consecutivo, tras presentarse como candidato en las elecciones de 2006.

La confrontación con el fundador del Centro Democrático, sobre quien se inició un juicio penal, se avivó luego de que el derechista expresara en un evento público que “lo que no pueden hacer las Fuerzas Armadas es quedarse quietas por orden de un Gobierno”, al criticar la política de ‘paz total’ de Petro y el cese al fuego con el ELN y un bloque de las disidencias de las FARC.

Estos señalamientos no solo van contra Petro. La extrema derecha —que defiende una política de seguridad basada en la militarización y la confrontación— considera como un error la firma del Acuerdo de Paz con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2016. Por ello, según han señalado organizaciones de defensa de los derechos humanos, organismos internacionales y el propio mandatario, han incumplido con lo acordado entre la desaparecida guerrilla y el Estado.

El golpe blando

El jefe de Estado se ha referido en varias oportunidades a un “golpe blando” para deponerlo en medio de las investigaciones a sus colaboradores por presuntamente haber utilizado fondos obtenidos de manera irregular para impulsar sus reformas en el Congreso o para su campaña electoral. Petro ha negado su relación con estos hechos de corrupción.

A pesar de que las autoridades no han encontrado pruebas concluyentes que vinculen al presidente con los manejos irregulares en su entorno, la oposición más radical, representada por Londoño, del Centro Democrático, sostiene que el líder del Pacto Histórico prepara una acción golpista junto a las Fuerzas Militares, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las extintas FARC, grupos en armas con los que el Gobierno mantiene diálogos.

Estas afirmaciones se sustentan en declaraciones que han corrido en los medios opositores sobre una supuesta acción autogolpista de Petro. Al respecto, el exviceministro uribista Rafael Nieto, entrevistado por Londoño, considera que el mandatario buscaría romper el hilo constitucional con un autogolpe para “quedarse en el poder”.

“La pregunta aquí, doctor Londoño, es si efectivamente este ejercicio de preparación del autogolpe se va al final a concretar”, agregó Nieto.

Estas acusaciones no han sido respondidas en las redes por Petro, quien esta semana sufrió una intoxicación y tuvo pocas interacciones en las plataformas sociales.