Hace 250 años, el naturalista Carlos Linneo documentó en Europa por primera vez a las grandes cucarachas marrones que todos identifican como plaga urbana. El científico las midió cuidadosamente, registró sus seis patas, su par de antenas y las alas, estudió su comportamiento reproductivo y finalmente las nombró Blattella germanica. Hoy se les conoce coloquialmente como cucarachas alemanas. Sin embargo, la especie no surgió exactamente del país europeo. La procedencia y evolución del artrópodo era en gran parte un misterio para los entomólogos.
Un reciente artículo de Proceedings of the National Academy of Science, liderado por académicos de universidades de Singapur, Indonesia y Estados Unidos, acaba de darle a las cucarachas alemanas un nuevo origen: es el territorio del sur de Asia, alrededor de la superficie que hoy comprenden India y Myanmar, donde probablemente aparecieron. Los antepasados de los artrópodos se encontraron con asentamientos humanos asiáticos, evolucionaron a las Blattella germanica y recorrieron el mundo ocultas en los cargamentos de carretas, barcos y aviones. Lo han hecho durante siglos ininterrumpidamente hasta llegar a los hogares contemporáneos en temporadas de calor, durante la noche.
Definir el verdadero origen de las cucarachas alemanas no fue sencillo. El equipo de biólogos tuvo que hacer estudios genómicos de 281 especies de cucarachas distribuidas en 17 países para encontrar a la cucaracha “prima” que se pareciera más a la Blattella germanica. Sus análisis arrojaron que el insecto tuvo que evolucionar de la Blatella asahinai hace aproximadamente 2,100 años. Con la localización de su ancestro, la ruta sobre cómo la cucaracha alemana conquistó el mundo estaba más clara. Fue de Asia hasta el Medio Oriente, pasando por las colonias europeas y finalmente arribando en barcos a América.
“Si bien Europa no fue fundamental para la domesticación y propagación temprana de la cucaracha alemana, los avances europeos en el transporte de larga distancia y las viviendas con temperatura controlada probablemente fueron importantes para la propagación global más reciente, aumentando las posibilidades de dispersión exitosa y establecimiento en nuevas regiones”, explica el documento.
Cucaracha europea vs la asiática
La Blattella germanica y la Blatella asahinai son insectos prácticamente iguales (las rayas de su abdomen son su principal elemento físico diferenciador), pero tienen actitudes completamente distintas. La cucaracha asiática prefiere desplazarse volando en entornos abiertos y se siente atraído por la luz, mientras que su contraparte europea es una especie tímida que prefiere los sitios húmedos, oscuros y cerrados.
Desde un punto de vista de control de plagas, es fundamental identificar de dónde proviene la Blattella germanica. La efectividad de los métodos de reducción de población de plagas difiere según la especie que se trata. Lo que afecta a la alemana no funciona con la asiática, por ejemplo. Uno de los objetivos de este estudio científico fue comprender la propagación de las cucarachas y la evolución de la resistencia a los insecticidas.
La cucaracha alemana ha triunfado sobre el mundo por su asombrosa adaptabilidad, flexibilidad, resistencia, periodo de reproducción corto y oportunismo. Una sola de ellas puede gestar 40 crías dentro de sí al mismo tiempo y al final de su vida haber procreado 2,000 descendientes.
Son consideradas una plaga y riesgo para la salud humana por las enfermedades que transportan sobre ellas. Entre las más delicadas se encuentran la hepatitis o la salmonelosis, pero también pueden provocar infecciones estomacales o crisis de asma.