Donkey Kong Country Returns fue mi primer análisis para Gamereactor, hace la friolera de 14 años. ¡Cómo pasa el tiempo! Con él, Nintendo supo aprovechar el talento que quedaba en Retro Studios tras la serie Metroid Prime y, como indica el título, recuperar al mono con un plataformas de personalidad bestial. El juego llegó después en una adaptación bastante limitada a Nintendo 3DS, mientras Retro preparaba la genial secuela Tropical Freeze para Wii U (que ya tienes disponible en Switch).
Esto significa que aquí estoy de nuevo, analizando este juegazo de plataformas por tercera vez para contarte qué tal ha envejecido, qué tal les ha quedado la adaptación al estudio polaco Forever Entertainment y si estamos ante la versión definitiva del juego. Spoiler: sí, pero con peros.
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Lo primero que debes saber es el carácter de Donkey Kong Country Returns. En su afán por recuperar su personalidad y, por tanto, por separarlo de todos los plataformas de Super Mario, Retro se empeñó en que se sintiera como una experiencia muy física. Todo el juego se construye en torno al concepto de inercia, a la fuerza que es capaz de liberar DK, a lo que en inglés llaman momentum. No esperes respuesta inmediata cuando quieres darte la vuelta o echar a correr: tienes que coger impulso. Esto se veía acentuado en Wii, donde agitabas el mando para palmotear el suelo y otras acciones, acabando agotado pero muy dentro de la partida.
Lo segundo, y quizá más importante, es que Donkey Kong Country Returns HD es un juego muy, muy difícil. No hay tiempo como en las carreras de Mario (al menos no por defecto), pero la precisión exigida, pese a lo explicado en el párrafo anterior, es literalmente brutal. Por eso, desde ya te recomendamos empezar por el “Modo moderno”, introducido en su día en 3DS para que la gente no se tirara de los pelos. En este modo, Donkey y Diddy suman un tercer corazón a sus golpes roces antes de morir, los vehículos también dan más oportunidades en lugar de matarte en cada error, y existen objetos de ayuda especial en la tienda del viejo Cranky Kong.
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Pero si te engorilas, como el que escribe, querrás jugar en “Modo original”, porque así es como se concibió el juego y porque eres muy valiente. Y si lo haces, prepárate para empezar a perder globos de vida en cuanto hayas pasado un par de mundos y a tragarte tu orgullo para entender la tienda como una gestión de recursos de supervivencia y no el sitio donde solo vas a por la llave de turno. Por no hablar de los mundos finales, los coleccionables más escondidos si quieres completar el juego con todas las piezas de puzle, los niveles K o algunos desafíos de vagoneta o de barril cohete: echarás fácilmente 20 vidas a modo de reintentos.
“Todos los globos que me compres van a acabar reventados… ¡Espera y verás! – Cranky Kong
En realidad, que un juego plantee un reto enorme no me supone un problema, solo una advertencia. Mi problema con DKCR es que, 14 años después, su dificultad se me antoja demasiado basada en el mismo principio: deberás aprenderte de memoria cada peligro y ejecutar los saltos en el momento exacto con precisión milimétrica. En otras palabras, se me hace un pelín demasiado guionizado o scripted para los tiempos que corren. Y esto, a la larga, puede llegar a aburrir cuando tienes que pegarte otro paseo largo para repetir una sección. Que sí, que es sabor clásico y quién mejor que Donkey Kong para recuperarlo, pero más te vale hacer acopio de paciencia porque esta será tu primera relación amor-odio de 2025.
El otro problemilla que le veo tiene que ver con los tiempos. En esta serie pasa como en Terminator, Star Wars o El Padrino: la segunda entrega es mucho mejor. Y si bien estamos valorando este juego por lo que es, creo es un contexto importante para los que se aproximen a DKCRHD de nuevas o viniendo de su sucesor. Donkey Kong Country: Tropical Freeze es a las llanas uno de los mejores plataformas de todos los tiempos. Secuela del que nos ocupa pero primer lanzamiento en Switch, es mucho más variado, accesible, bello e interesante porque amplía y perfecciona la fórmula que introdujo Returns. Contar con más monos de la familia o poder explorar los niveles de forma más intuitiva -incluyendo esos acuáticos que fueron seña de identidad en SNES– hace que el original palidezca un poco más. Es decir, si solo te harás con uno por curiosidad, ya sabes cuál debe ser, aunque esté genial contar con toda la colección Country (y Donkey Kong) en una misma consola.
En cuanto a la adaptación en sí, quiero defender el trabajo de Forever Entertainment en varios aspectos. El juego se ve precioso y rinde genial tanto en TV como en portátil (el mundo del volcán ve su lava brillar en Switch OLED), y me ha llegado a impresionar 14 años después. Además, si bien algunos efectos gráficos y detalles se han retocado o eliminado, otras omisiones que se vieron en tráilers tempranos han terminado incorporados en el producto final. Es verdad que hay algunos colores radiactivos o ciertas sombras raras (y algunas tipografías feotas), pero el conjunto se ve y se juega mejor que nunca por todo lo demás, incluyendo control por movimiento para quienes quieran imitar el de Wii. Eso sí, me ha molestado especialmente que DKCRHD no incluya sonido envolvente, como sí ocurre en Tropical Freeze y como es la norma en los lanzamientos importantes de Nintendo, y esperaba tiempos de carga algo más reducidos.
Por lo demás, Donkey Kong Country Returns HD es un plataformas mítico, con algunos niveles memorables (los mundos Bosque o Fábrica son exquisitos) y otros muy divertidos, que se disfruta mucho en portátil y que permite volver a jugar en cooperativo a dobles en la televisión. Tiene todo el contenido lanzado hasta la fecha (80 niveles, 9 mundos), incluidos los extras de 3DS y todas las cutscenes en HD, y si este es tu género o eres fan de DK, no puedes perderte este clásico que, si quieres, te puede poner a prueba como ningún otro en Switch.