El suelo de Marte alberga misterios que por ahora solo son visibles para los rover más avanzados de la NASA. En su recorrido cuesta arriba, el rover Perseverance encontró rocas rojas con manchas verdes, un patrón de colores no visto por otros instrumentos. Las sorpresas en los minerales se vuelven más frecuentes mientras el robot se acerca hacia los bordes del cráter Jezero, su punto de destino.
El rover Perseverance se dirige a una zona donde se cree que existieron cuerpos de agua líquida. El robot cuenta con varios objetivos para ahondar en el pasado de Marte, pero el más importante es la identificación de rastros de vida microscópica pasada (biofirmas) sobre el planeta. De existir, estos registros no estarán en la tenue atmósfera marciana, sino en sus rocas.
El estudio de las rocas que encuentra a su paso es vital para la misión del Perseverance. En su última exploración, encontró vetas verdosas, negras y blancas en la conformación del suelo rojizo. La NASA explicó que el rover raspó un parche de cinco centímetros en la superficie de una roca para examinar su interior. Los científicos tomaron fotos de esa porción de mineral y guardaron la posición de la roca para futuras misiones de extracción. Aunque es el más avanzado de los robots en Marte, el rover no tiene las herramientas necesarias para analizar a fondo las manchas verdes. La composición del hallazgo sigue siendo un enigma.
Lo que dicen las manchas verdes
La NASA se muestra entusiasmada por el hallazgo, aunque se limita para no hacer suposiciones. En la Tierra, las rocas rojas con manchas verdes indican que en el pasado agua líquida se filtró a través de ellas. El hierro oxidado, que da el característico tono rojo, reacciona con las moléculas de agua, provocando ese cambio de color en su composición. El verdor también puede ser señal de que el mineral descompuso materia orgánica. Sin embargo, también existen explicaciones no relacionadas con agua y vida, como la interacción entre azufre y hierro.
El encuentro con estas rocas excéntricas puede aportar evidencia a la teoría sobre el cráter Jezero, un lugar de 45 kilómetros de diámetro. Los minerales arcillosos de la zona, además de la forma del territorio, son similares a depósitos terrestres con agua líquida y vida microbiana. Los científicos estiman que el cráter es un pilar para comprender el pasado de Marte.
A finales de septiembre, el Perseverance encontró una extraña roca con un patrón de cebra nunca visto. Los científicos tampoco pudieron comprobar su composición, pero estimaron que es producto de procesos ígneos naturales. El cráter Jezero probablemente es la herida de un impacto de meteorito. La roca cebra es material creado a partir de ese choque y una advertencia de lo que encontrará el rover si sigue en la ruta actual, cuesta arriba.
Mientras los científicos siguen investigando Marte, aparecen más lugares candidatos a albergar biofirmas de vida pasada. En un último estudio, la NASA determinó que se debe buscar en el hielo polvoriento del planeta llamado crioconita. En la Tierra, los agujeros de crioconita pueden ser ecosistemas de algas, hongos y cianobacterias.