El carbono, fundamental para la formación de vida tal y como la conocemos, es uno de los elementos más abundantes dentro del sistema solar. Los científicos han descubierto que el carbono es especial entre los otros elementos porque sus átomos pueden agruparse de diferentes maneras para crear estructuras especiales como anillos. Una de las cuestiones clave para comprender el vecindario estelar de la Tierra es determinar la forma en que el elemento se encontraba antes de la formación del Sol y cómo llegó a los cuerpos rocosos.
Las estrellas y los planetas se forman a partir de la acumulación de gases y polvo en el espacio. En el caso del carbono, los científicos intentan definir si sus nubes estaban hechas de incontables átomos independientes o a partir de bloques de ellos. La respuesta puede estar en la última investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Un equipo de químicos identificó en una nube más allá del sistema solar un peculiar “ladrillo” de carbonos que en la Tierra es conocido como hidrocarburo aromático policíclico (HAP).
Los HAP se caracterizan por tener anillos de átomos de carbono fusionado. De acuerdo con el MIT, por ahora se estima que hasta el 25% del total del elemento en el espacio está almacenado como un hidrocarburo aromático policíclico. Su presencia en el espacio no es nueva. La investigación sobre los HAP espaciales comprende 40 años de trabajo y se han encontrado rastros de ellos en asteroides, cometas, meteoritos y en el espacio profundo.
¿Cómo llegó el carbono a la Tierra?
Hay varios tipos de HAP dependiendo de los anillos de carbono que contengan. El que identificaron en el MIT en la nube molecular de Tauro es un derivado del pireno, con cuatro anillos. Los científicos ya han tratado con ella antes. En la Tierra, se asocia a la quema de combustibles fósiles, procesos industriales y los incendios forestales. El logro del equipo no ha sido encontrar HAP en el espacio, sino precisar a qué clase corresponde con las herramientas disponibles.
“El descubrimiento sugiere que el pireno puede haber sido la fuente de gran parte del carbono de nuestro sistema solar. La hipótesis también está respaldada por un hallazgo reciente en las muestras devueltas por el asteroide cercano a la Tierra, Ryugu”, señala el comunicado.