Uno de los grandes problemas de la exploración espacial es el alto costo de enviar material de cualquier tipo desde la Tierra. La presencia de seres humanos en la Luna requerirá una enorme cantidad de productos para crear la infraestructura que mantenga a salvo a los futuros exploradores. Para los coordinadores de misiones espaciales, la solución ante este desafío es aparentemente simple: construir dichos recursos en la Luna a partir de los elementos que se encuentren allí.
La Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, en China, acaba de presentar una ambiciosa propuesta para ese futuro en la Luna. A partir de una mezcla de sedimentos que simula ser suelo lunar, construyeron ladrillos de hormigón tres veces más fuertes que el material estándar en la Tierra. Además, están impresos para que puedan ensamblarse sobre sí mismos sin herramientas sofisticadas.
Los bloques de hormigón lunar se crearon en su laboratorio a partir de cinco composiciones de sedimentos que tradicionalmente se encuentran en la Luna. Los investigadores chinos cuentan con información sobre la composición del suelo del satélite ya que poseen las muestras más recientes del regolito lunar. Las misiones Chang’e-5 y 6 fueron la base de ese reciente logro espacial.
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El material diseñado en la Tierra será enviado como parte de la carga en la nave espacial Tianzhou-8. De acuerdo con la agencia de noticias Xinhua, los científicos chinos revisarán el rendimiento mecánico y térmico de los ladrillos lunares, así como su capacidad para bloquear la radiación cósmica. Si todo sale según lo planeado, los ladrillos habrán ido y regresado de la Luna para finales de 2025.
El regolito lunar está compuesto por una combinación de roca basáltica, brechas, vidrio volcánico, fragmentos de meteoro y polvo extremadamente fino. Estos materiales pueden separarse para obtener elementos esenciales como oxígeno, silicio, aluminio, calcio, magnesio, hierro, titanio, sodio y potasio.
Del mismo suelo del que se conseguirán los bloques, también es probable que se obtenga agua, combustible y la materia prima para las celdas solares de los laboratorios. Hace unos meses, la Academia China de las Ciencias reportó que su plan para obtener estos recursos es fundir el suelo del satélite. Bajo este método será posible producir botellas de agua potable a partir del regolito.
Todos estos planes en la Luna deben sumarse a la reciente propuesta de interconexión entre la Tierra y el satélite. Wu Weiren, jefe del programa de exploración lunar de China, adelantó en abril de 2024 que el país pretende crear infraestructura de investigación en la superficie del satélite, en su órbita y, finalmente, una central para viajes directos.