Los tatuajes de fidelidad y lealtad son moneda común entre los detenidos. (Foto: Gentileza)

Se está haciendo cada vez más frecuente la presencia de menores de edad en las bandas criminales que están siendo perseguidas por las policía en busca de exterminar el consumo de drogas en nuestro país, dentro del plan “Chau chespi” que luego se volcó a “Sumar”. Investigaciones permitieron saber cómo es el “paso a paso” de este reclutamiento.

Por lo general, todo empieza con personas que se están acercando a criaturas de entre 8 a 9 años intentando ganarse la confianza con regalos, golosinas y dinero. Tras un tiempo de “estudio”, en el que ven si va a “servir” o no para los propósitos del clan, lo suman o lo desechan.

En caso que queden, el primer paso casi siempre se “marca en la piel”: tatuajes que hagan alusión a la fidelidad y a la lealtad al grupo criminal es el “inicio”. Así como se observaba en las maras salvadoreñas hasta que apareció el presidente Nayib Bukele.

Como se vio en las incursiones que se dieron en “El Pantanal”, en Lambaré, lo primero para lo que se les utiliza es para “campanear”, es decir, alertar sobre presencia policial o sospechosa en el lugar.

Luego pasan a hacer “mandados”, llevando droga de acá para allá. Al ser menores de 14 años, no son imputables. Si cumplen y ganan la confianza, se les “asciende” permitiéndoles la venta y quedándose con una ganancia.

Ya dentro, van pasando por varias etapas. Pueden convertirse en líderes de microtráfico en ciertas zonas, ser “soldados” para proteger a determinadas personas e incluso cometer asesinatos, tal como se vio días atrás cuando menores de entre 11 y 15 años mataron a otros dos jóvenes.

La Policía Nacional anda tras quienes consideran “reclutadores”, algunos de ellos parientes muy cercanos a Armando Rotela, líder del clan y quien se halla privado de su libertad en la cárcel de máxima seguridad de Minga Guasu.

“Varias viviendas del lugar tenían escritos de siglas del clan Rotela o del PCC. Vecinos que no están implicados en ilícitos, señalan que incluso niños son armados para amedrentar la gente”, dijo el comisario Celso Paredes a la 1080 AM, al tiempo de apuntar que la tarea de la fuerza de seguridad del Estado, es desmontar la estructura de estas agrupaciones.