Ha llegado la estación más deprimente del año, así que ¿qué mejor manera de ahogar tus penas que en una cabalgata de violencia y sangre extremas? Art the Clown ha vuelto, más cruel y más grotesca y desvergonzadamente divertida que nunca. Si la carnicería psicótica y el desmembramiento son lo tuyo, porque no nos andemos con rodeos, si no encontraste entretenimiento en las anteriores películas de Damien Leone de la serie Terrifier, que son algo más que una declaración directa de amor por la añorada era del slasher y el grindhouse, entonces Terrifier 3 no es para ti. Art es más repugnante que nunca, y la crueldad se eleva al once sobre diez en la escala de lo espeluznante.
Pero, sinceramente, ¿quién se sienta delante de Terrifier 3 con un cubo de palomitas esperando una intriga shakespeariana o un intrincado desarrollo de los personajes? Art es la atracción, la mismísima Mona Lisa de la película, y todo lo que le rodea es solo un objeto para que el psicótico payaso-demonio aplique su violencia patentada. Dicho esto, Terrifier 3 ofrece algo más de sustancia que los dos largometrajes anteriores, y Leone intenta entretejer algo de construcción del mundo e historia de fondo, sobre todo en relación con el propio Art, su pasado y su conexión con lo sobrenatural. Sin embargo, que quede claro, no reinventa en modo alguno al personaje.
La guinda del pastel sigue siendo la violencia espectacular y la película retoma más o menos la historia donde la dejaron los acontecimientos de Terrifier 2. Porque, como todos sabemos, el verdadero mal no puede ser derrotado del todo. Este es también el caso de Art, que, a pesar de no tener cabeza al principio de la película, encuentra un camino de vuelta y, como un ave fénix de pesadilla, resurge de sus cenizas o, en este caso, de sus viejos restos ensangrentados. Con la vista puesta en nuevas víctimas, así como en un puñado de los pobres supervivientes de la película anterior, el payaso más repugnante del mundo se lanza a una matanza. En resumen, la trama es inexistente y los personajes humanos son tan emocionantes como las noticias de la semana pasada. Pero no pasa nada, estamos aquí para ver violencia bizarra y poco más, y en ese aspecto Terrifier 3 no defrauda.
Porque Art es casi magnética, y por mucho que a veces quieras apartar la mirada de la película, sencillamente no puedes. David Howard Thornton, el hombre tras la máscara, está brillante en sus expresiones faciales y movimientos corporales. Da vida al payaso degenerado de una forma que no debería ser posible, y está claro que Thornton nació para este papel. Art es, con diferencia, uno de los villanos más retorcidos de los últimos años, e incluso a los aficionados al terror más hastiados les resultará difícil a veces soportar la violencia sádica. Terrifier 3 lleva la crueldad a un nivel totalmente nuevo y Art juega con sus víctimas hasta un punto mucho mayor, prolongando su sufrimiento y torturándolas de una forma que realmente te revuelve el estómago.
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Sin embargo, en contra de toda lógica y razón, hay un aspecto de todo esto que resulta extrañamente fascinante, que es también el gancho que te mantiene tan eficazmente interesado en la película. Porque hay pequeños indicios constantes de que hay un método detrás de la locura, un cálculo siniestro tras la inquietante fachada de maquillaje de payaso. Sin embargo, hay que decir que esta película sobrepasa claramente los límites de lo aceptable, porque aunque la violencia extrema es creativa, está cuidadosamente elaborada y claramente diseñada para escandalizar -todo lo que puede-, hubo momentos en los que me pregunté si podría soportarla o no.
A pesar de ello, la violencia nunca parece innecesaria o forzada. Sirve a su propósito y sin duda pondrá a prueba tus límites, pero hay un nivel de arte en todo ello. Los efectos prácticos son impresionantes, con fuentes de sustancia viscosa roja a la antigua usanza y vísceras que vuelan en todo tipo de direcciones. No hay ni una pizca de la ahora habitual sangre CGI que vemos a menudo, y es increíblemente refrescante.
También hay que reconocer la capacidad de la película para equilibrar la violencia y el humor negro. Sí, Art es un loco despiadado y sádico, pero hay arte en la forma en que se burla de sus víctimas. Las expresiones faciales exageradas, el humor negro de sus payasadas, sí, es francamente juguetón en todo su absurdo. Leone sabe exactamente lo que tiene en Art, y Terrifier 3 nunca rehúye ni se avergüenza de lo que es la película. Es una forma extrema de entretenimiento dedicada a un pequeño, pero devoto grupo de fans moralmente depravados, entre los que me incluyo, y esta es la evolución más natural de la franquicia. Es más grande, más sangrienta, más extrema y completamente desinhibida. Así que, para quienes puedan soportar la intensidad y la violencia implacable y visceral, Terrifier 3 les dará una alegría. Consolida a Art el Payaso como uno de los villanos de terror modernos más icónicos del género y ofrece un viaje empapado de sangre como ningún otro.
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