Dentro de LUNA se podrá perforar y tomar muestras hasta tres metros por debajo de la superficie, lo que permitirá realizar investigaciones incluso en suelo lunar helado. Las salas de control que la rodean están conectadas en tiempo real con centros de control de misiones en Alemania y en todo el mundo. La instalación también alberga un “simulador de luz solar”, capaz de reproducir los ciclos diurnos y nocturnos del satélite natural, incluidas las duras condiciones de iluminación de las regiones polares.
Los planes de ampliación del centro: salas preparatorias, infraestructuras de apoyo y laboratorios, elevarán la superficie total de la instalación a 1,000 metros cuadrados. Igualmente, se incorporarán sistemas que simulen la reducción de la gravedad para reproducir las condiciones lunares; donde la aceleración gravitatoria es una sexta parte de la terrestre, y una rampa regulable con el fin de probar la movilidad entre las pistas y los taludes de selenio.
Una aspecto de movimiento que, sobre todo en las próximas misiones Artemis, será crucial para evitar caminatas extenuantes, como la que Shepard y Edgar Mitchell realizaron durante el Apolo 14 y que aún ostenta el récord de la caminata lunar más larga: de más tres kilómetros y doscientos metros. En esa ocasión, ambos astronautas tuvieron que trasladar el Transportador de Equipos Modulares (MET), una especie de carrito de dos ruedas tirado a mano, equipado con un vasto suministro de herramientas, mapas y cartas, así como un paquete de experimentos que debían llevarse a cabo durante su caminata. En su informe final, Shepard y Mitchell calificaron el MET como un dispositivo útil, aunque se hundía continuamente en el polvo del cráter Fra Mauro, obligando a los dos desafortunados a difíciles maniobras de recuperación. Esta experiencia fungirá como un ejemplo para la formación y los equipos que LUNA se encargará de probar.
REBELS-25 es una galaxia en espiral como la Vía Láctea, pero no debería estar presente en el “universo temprano”.
Utilidad para astronautas y empresas
Concebido como un centro abierto, LUNA estará a disposición de agencias espaciales, universidades, investigadores, industria, startups y pymes (pequeñas y grandes empresas) de todo el mundo. Josef Aschbacher, Director General de la ESA, declaró que la inauguración del centro marca un hito importante en los esfuerzos de exploración espacial de Europa: “Esta instalación única, con su capacidad para reproducir las condiciones lunares, incrementa nuestra comprensión de la Luna y nos prepara para futuras misiones. Estamos orgullosos de liderar este proyecto, que sitúa a Europa en la vanguardia de la exploración lunar y más allá, al tiempo que fomenta la colaboración internacional en la investigación espacial”.
En el futuro se espera conectarla a la estación habitable Lunar Gateway, destinada a la órbita lunar cuya construcción podría comenzar en 2028, o incluso a la propia Luna para simulaciones de misiones en tiempo real. De igual forma, podrá reforzar la centralidad de Europa en las tramas geopolíticas. La Luna nos espera y LUNA podría ser otro paso significativo en su dirección.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.