Estrenada el 6 de septiembre y con más de 350.000 espectadores, ‘El 47’ es una película tocada por una varita mágica a la que no paran de pasarle cosas bonitas. Es como si alguien, desde alguna estrella, “estuviera reescribiendo el guion una y otra vez”, explica a este diario su director, Marcel Barrena (‘Mediterráneo’, ‘100 metros’).
Los vecinos de Torre Baró, humilde barrio que está tenido, por primera vez, turistas gracias a la película, están preparando algo que no han tenido nunca: luces de Navidad con fotogramas del filme, la emocionante historia real de un conductor de autobús que en 1978 encendió la mecha de la rebelión. El actor Eduard Fernández está inmenso dando vida a Manolo Vital, el chófer que contagió de orgullo obrero a todo un barrio humilde y periférico que no merecía ni tener línea de bus. Manolo secuestró su propio autobús y lo llevó a la zona del distrito de Nou Barris para demostrar a las instituciones que se podía llegar hasta allí y gozar de unos transportes públicos dignos.
El padre de Manolo Vital, de nombre Diego, es un personaje cuyo espíritu rodea todo el guion, que empieza con su reloj y termina con su testamento. Diego Vidal fue uno de los muchos asesinados por el franquismo y este sábado, por fin, se han identificado sus restos en los trabajos de exhumación de la mina La Terría de Valencia de Alcántara (Cáceres) junto con el de otros represaliados por la dictadura. “Es muy emocionante todo lo que está pasando con la película”, sonríe Barrera.
‘El 47’ nació del afán del cineasta por encontrar historias sobre los barrios de su ciudad. Después de toparse con un blog que narraba la historia de Manolo Vital, siguió investigando y encontró a su nieta, Joana, que le ofreció toda la información sobre su abuelo.
Barrera reivindica las necesidades que sigue sufriendo Torre Baró en 2024. “Los vecinos han actuado como figurantes en la película. Cuando acudieron al estreno lo hicieron en autobús. Pero al regresar al barrio se encontraron con que les habían robado los cables de la luz. Estuvieron 17 días sin luz, sin nevera, ni internet, ni cocinas. Además, en la parte del barrio que está más cerca de la montaña siguen sin llegar las empresas de mensajería ni compras”, subraya el cineasta, que pide que todo el boom de la película sirva, por fin, para dar el merecido empujón económico al barrio, nacido gracias al empuje de inmigrantes castellanos, extremeños y andaluces, como los abuelos paternos de Barrena.
Visita en la Moncloa
De lucha obrera habló, precisamente, Barrera cuando visitó el palacio de la Moncloa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez, acudieron hace semanas a los Verdi de Madrid para ver la película. Les debió emocionar tanto que su equipo se puso en contacto con el cineasta para poder charlar privadamente. “Fui con los actores y con los productores. Cuantos más, mejor. Ya que nos invitaban… Hablamos, sobre todo, de las necesidades que sigue teniendo Torre Baró”, comenta el cineasta.
En palabras de su director, ‘El 47’ es una película “honesta y transparente” que muestra una reivindicación justa y legítima. “El guion no solo habla del empoderamiento de la clase obrera sino de todos nosotros”, concluye. Otra conquista de ‘El 47’ es que alterna el catalán y el castellano con absoluta normalidad, como sucede en la vida real.
Estudiantes de ESO
Hace días, los Verdi de Barcelona cerraron para que unos 500 chavales de instituto vieran la historia de Manolo Vital junto a sus profesores. En el coloquio con Barrena, un estudiante de origen extranjero le preguntó quién fue Pasqual Maragall. El cineasta agradeció la cuestión y aprovechó para hablar del exalcalde de Barcelona y de la historia reciente de este país.
‘El 47’ no solo habla de orgullo obrero y luchas vecinales por la dignidad de todo un barrio. “Habla de vivienda y migración, temas que están en la agenda política a diario. También de la mezcla de idiomas y de la riqueza de las culturas. Todo el mundo está sintiendo suya la película, eso es maravilloso. El hecho de que vaya gente joven a verla es importante porque estamos generando cinefilia. Estos chavales volverán al cine”, concluye el director.
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