Los audios grabados por Bárbara Rey sacan ahora a la luz los secretos que durante décadas durmieron bajo siete llaves. La multitud de revelaciones que le habría hecho el rey emérito, Juan Carlos I, además de las fotografías juntos, habrían sido material de extorsión para distintas instancias del Estado, que habría tratado de evitar que se hiciera público el escándalo en la Casa Real, por entonces un pilar para una democracia que daba sus primeros pasos. Y entre las contrapartidas para que Rey no airease su archivo documental también entró en juego RTVE, que habría convertido a la vedette en presentadora de la antigua Televisión Española a cambio de que mantuviera su silencio. Un acuerdo que habría tenido lugar en verano de 1994, apenas un par de meses antes del estreno semanal del programa Esto es espectáculo, presentado por la propia Bábara Rey.
Esta negociación es uno de los episodios que relata el libro El jefe de los espías (Editorial Roca), donde los periodistas de ABC Juan Fernández Miranda y Javier Chicote recogen los testimonios y notas del ex director del centro de inteligencia CESID,el teniente general Emilio Alonso Manglano, que además de su papel de jefe máximo de la inteligencia española fue íntimo amigo de Juan de Borbón, padre del actual rey emérito, al que se comprometió a dar protección desde su niñez.
La documentación recoge un gran archivo de Manglano, con agendas personales, cuadernos de notas, documentos o correspondencia, con especial relevancia a las notas diarias que escribió a mano durante los 14 años que dirigió el Cesid, donde se reproducen desde audiencias con el Rey, conversaciones y reuniones con presidentes de Gobierno o negociaciones de carácter confidencial, como la que tuvo lugar en torno al ahora rey emérito
En dos capítulos titulados “El chantaje de Bárbara Rey“, el libro da cuenta de varios episodios donde la vedette amenazó con sus archivos al monarca, que en 1997 llegó a ofrecer a José María Aznar su abdicación por esta causa, después de verse amenazado por la amenaza de publicación de varios vídeos grabados con cámara oculta supuestamente por Bárbara Rey.
“Tenemos que ocuparnos de su contrato en TVE”
En uno de los episodios relatados, el riesgo de escándalo se neutralizó a cambio de “contrato en Televisión Española”, además de varios pagos millonarios. El primero de ello data del 4 de julio de 1994, durante el Gobierno de Felipe González, y comenzó con una llamada del emérito a Manglano. “Emilio, tengo que contarte algo. (…) Verás, me llamó Bárbara Rey y me fui a almorzar con ella…”, comienza el relato, que continúa con una confesión de monarca.
“Tuve algún gesto con ella, le toqué el pecho. Esto pasó el 22 de junio. Pues el 1 de julio, el viernes, llamó una persona a Zarzuela y dijo que tiene fotos. Pide 100.000 dólares”, es una de las conversaciones reproducidas en el libro. “Es un chantaje“, replicó el jefe de inteligencia a Juan Carlos I, que propuso informar al presidente de Gobierno, pero Manglano pidió esperar. Tres días después se reunió con el jefe de seguridad de la Casa Real, el teniente coronel Guillermo Quintana-Lacaci, que ya se mostró convencido de que “todo el asunto lo había montado Bárbara Rey”.
En aquella reunión de crisis se acuerdan distintos objetivos, entre los que están “recuperar fotos”, y “que [Bárbara Rey] aclare sus necesidades”, con la apreciación de que “el rey no debe aparecer”. Al día siguiente el rey informó a Manglano de que ya se “entregó todo el material”, quedando pendientes “los aspectos económicos”.
“Le he dado a Bárbara Rey 25 millones de pesetas. Le daré más, y, por otro lado, tenemos que ocuparnos de su contrato en Televisión Española”, informó el jefe de las cuentas privadas del rey Juan Carlos
El jefe de inteligencia habló con el entonces administrador de las cuentas privadas del rey, Manolo Prado, que le informó sobre los términos del acuerdo. “Le he dado a Bárbara Rey 25 millones de pesetas. Le daré más, y, por otro lado, tenemos que ocuparnos de su contrato en Televisión Española”, es una de los testimonios recogidos en el libro documental. El pacto fue aprobado no sólo por Casa Real sino también por el Gobierno, entonces presidido por Felipe González. Manglano envió al jefe de gabinete de González, Enrique Serrano, “la nota para contratar a B. en TVE“, y una semana después recibió la llamada del rey para preguntarle por este asunto. “Está en marcha”.
El 8 de agosto, Moncloa llamó para actualizar la información: “El director de Televisión Española ha hablado con Bárbara Rey. Fue a finales de julio y trataron las posibilidades que había, programas, etcétera. También habló con un representante suyo. Para finales de agosto se concretarán las cosas”, detalló Serrano. Manglano remitió esta información al rey para trasladarle tranquilidad.
El exdirector de TVE: “A mí no me llamó nadie”
El 4 de noviembre de ese mismo año, 1994, dos meses después de la fecha plantada, Televisión Española comenzó a emitir semanalmente el programa Esto es espectáculo, que estuvo en antena hasta 1997 y estaba presentado por Bárbara Rey y Ramón García en sus primeros meses, hasta que le sustituyó después Manuel Bandera. Pero el entonces director de TVE, Ramón Colom, actual miembro del Consejo de Administración de RTVE, asegura haber permanecido ajeno a cualquier tipo de pacto en torno a la presentadora. “A mí no me llamó nadie, ni el Gobierno ni Zarzuela”, relata en declaraciones a este medio Colom, que dirigió Televisión Española entre 1990 y 1996.
El periodista recuerda el proceso de selección de presentadores para el programa, cómo le presentaron “una lista de cuatro candidatos”, entre los que estaba Bárbara Rey. Colom asegura que la lista fue elaborada por el equipo de producción de la casa y que no participó en su elaboración. “No sé si hablaron con alguien de la casa, conmigo desde luego que no. A mí no me llamó nadie”, apunta el periodista. “Mientras estuve ejerciendo como director general de TVE nunca me llamó el rey, hablé con él en navidades, cuando venía a grabar su discurso, pero no me llamó nunca”, rememora.
Del Gobierno, sólo recibió en una ocasión una llamada, y asegura que no fue por Bárbara Rey: “A mí solo me llamó una vez un miembro del Gobierno para hablar de Encarna Sánchez y el programa Martes y trece, porque ella se había quejado al Gobierno antes de la emisión de un programa de parodia. Alguien le había dicho que era un programa contra ella, que interpretó que los chistes estaban hechos para humillarla”, relata. Aquel sketch se emitió tal y como estaba previsto y a partir de ahí la periodista abrió una guerra fría contra los humoristas que se prolongó durante años.
El programa en sí reproducía una escena entre Encarna Sánchez e Isabel Pantoja y fue el hilo conductor del especial que los humoristas presentaron en TVE en la Nochevieja de 1991. “Encarna Sánchez e Isabel Pantoja son simplemente dos amigas que se van de vacaciones como podríamos hacer nosotros dos; en la parodia de fin de año no hay nada más”, anunció Josema Yuste, uno de los humoristas, poco antes de su emisión.