La versión argentina de la Flash Party, una convención de creadores digitales que se hace desde 1988 en el país, tendrá una nueva edición este sábado, donde se podrán ver distintas formas de arte digital, desde programas, exhibiciones artísticas y hasta música hecha con consolas viejas como un Game Boy. Será en Tacheles, Adolfo Alsina 1475 (CABA), la entrada sale 6 mil pesos y para quienes lleguen antes de las 17.30, hay precio promocional (4 mil pesos). También se podrá seguir online.

La Flashparty es parte de lo que se conoce como la “demoscene”, o la “escena” de la demostración de obras de arte digitales. Entre estas obras pueden haber consolas hackeadas, juegos actuales realizados en computadoras como la Commodore 64, una computadora hogareña que se lanzó al mercado en 1982.

“Flashparty es un evento pionero en América Latina de la sub-cultura artística tecnológica de la ‘Demoscene’, que representa uno de los primeros acercamientos al arte digital a nivel mundial”, explicó a Clarín Uctumi, artista digital de chiptune, música hecha con equipos electrónicos como computadoras y consolas.

“En los eventos de la demoscene que se realizan en todo el mundo, principalmente en Europa, originalmente los participantes llevaban sus computadoras a un lugar y realizaban obras de arte programando y generando contenido y compartiéndolas entre sí. Usualmente las obras, que pueden ser animaciones, gráficos o música, se proyectan en una pantalla grande y luego el público las puntúa según su gusto. Finalmente se revela un ranking con las votaciones del público. Flashpaty es la versión local de este tipo de evento”, agregó.

Este espíritu es el que se va a revivir este sábado en la Ciudad de Buenos Aires

El encuentro tendrá las clásicas competencias de arte digital, esta vez, con más de 120 obras, además de actividades interactivas de Shitty Games, un grupo de creadores de arcades y juegos argentinos. También habrá retrocomputadoras como ocurre en las exposiciones de Cybercirujas y la estrella del momento: la Ventilastation, un videojuego que corre en un ventilador.

Habrá además, como siempre, música en vivo y “visuales electrónicas experimentales”, agregó Uctumi.

Entre las exposiciones y artistas destacados, resaltó: “Milagro de Catamarca / Galgo con Piloto con una experiencia audio/video donde se borran los límites de quien toca el video y quien el audio. También tendremos la música electrónica con sintes modulares del proyecto L4t3r4l y las visuales generadas de forma analógica por Dan Chelger. Y para cerrar la noche tendremos a Necrologic + Morgana Autumn con música DarkTechno ebm industrial al mismo tiempo que Morgana Autumn nos presentará un show drag queer punx de vanguardia”.

“La demoscene es una comunidad global de hackers, artistas, programadores y entusiastas de la tecnología que se reúnen en torno a las computadoras de 8 y 16 bits de los años 80. El objetivo de esta comunidad es producir obras de código-arte que se ejecutan en tiempo real en dichos equipos; es decir, ‘programan’ obras que se reproducen en equipos que hoy tienen más de 35 años de vida”, había explicado en ediciones pasadas a este medio Sergio Rondán, cyberciruja vinculado a la escena.

“Parte de la motivación de quienes forman parte de la demoscene es demostrar que esas computadoras pueden ser utilizadas para producir arte y videojuegos; pero también los motiva el desafío técnico de programar en computadoras de recursos muy limitados (la mayoría tiene entre 4KB y 512KB de RAM), demostrando así que no importa tanto la potencia de hardware sino la creatividad y el conocimiento de la plataforma”, agrega.

“La demoscene es importante porque mantiene viva a plataformas informáticas que tienen décadas de vida, pero aun así, un gran potencial. Muchas de las cosas que hoy se hacen con una Commodore 64 o una ZX Spectrum hubieran sido imposibles de hacer en 1984, porque no existía ni el conocimiento técnico que hay hoy, ni las herramientas, ni la comunidad tan grande que hay hoy día”, cierra “Soldán”, como se lo conoce en el ambiente informático local.

Un ladrillo más en la pared del combate contra la obsolescencia programada.

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