Solo una selección en toda la historia ha conseguido ganar la Eurocopa y el oro en unos Juegos Olímpicos en un mismo verano. Fue Francia, en 1984 y solo un jugador repitió presencia en ambos torneos por aquel entonces: la gesta pertenece al guardameta Albert Rust que ahora, 40 años después, ve como ese registro que le convierte en único corre peligro. Y lo hace porque dos campeones de Europa hace poco más de dos semanas como son Fermín López y Álex Baena se han presentado en París con ansias de doblete veraniego, como demostraron en el segundo partido de grupo ante la República Dominicana, que sirvió para certificar la presencia del equipo de Santi Denia en los cuartos de final.
El mediapunta del Barça anotó el primer tanto del partido y regaló el tercero, mientras que el centrocampista del Villarreal deshizo el empate dominicano nada más iniciarse la segunda mitad. Si el día del debut ante Uzbekistán en París tocó sufrir, y de lo lindo, este sábado ante el combinado caribeño pudo imponer su ritmo y disfrutar, desplegando un juego ofensivo y ganando en confianza para lo que vendrá a partir de las rondas eliminatorias.
Solo un cambio introdujo Santi Denia respecto al once del primer día ante Uzbekistán. Juanlu, lateral del Sevilla, entór en lugar del lesionado Marc Pubill. El resto, lo esperado y lo que apunta a ser fijo de aquí al final del torneo, con Abel, Sergio Gómez y Miranda, intocables para el técnico argentino y protagonistas del triunfo del estreno, junto al resto de jóvenes sub-23.
Enfrente, una selección dominicana dirigida por un viejo conocido, Ibai Gómez, y sin nombres reconocibles más allá de Peter Federico, que sorprendentemente se quedó en el banquillo de inicio. Sabedora de su inferioridad, la selección caribeña salió a pertrecharse en su área, con una marcada línea de cinco atrás. Una resistencia que empezó a caer desde el flanco izquierdo del ataque español, sobre todo con la sociedad entre Fermín, muy activo partiendo desde la mediapunta, apretando en la presión, desmarcándose en todo momento y saliendo de la marca siempre que podía para desembarazarse de la ferrea línea de cinco con la que se plantó la República Dominicana.
Roja directa al capitán dominicano
Combinando con Baena y Miranda, parecía cuestión de tiempo encontrar una secuencia de pases precisos que desarbolara la resistencia rival. Pero el gol no llegó de esa forma. Una presión muy alta provocó que, en el minuto 25, el guardameta caribeño Enrique Bösl arriesgara de más a la hora de sacar el balón y Fermín, el más listo de la clase, robara y remachara a puerta vacía para poner por delante a la selección.
Todo estaba controlado por España, que monopolizaba el balón y mandaba el marcador. Pero el fútbol, que todo lo iguala, quiso darle emoción. Un error de Juanlu, que regaló un córner, y un error en la marca de Fermín tras el lanzamiento dejó solo a Montes de Oca, que remató a placer para superar con su cabezazo a Arnau Tenas y volver a poner las tablas en el marcador. Había que volver a empezar, y España reaccionó de inmediato. A punto estuvo Baena, cuyo disparo desde la frontal se fue a escasos centímetros del palo derecho de Bösl antes del descanso, en un aviso de lo que estaba por venir tras la vuelta de vestuarios.
Porque en el momento en el que República Dominicana había contrarrestado, con muy pocos argumentos, a una España superior, Azona mandó al traste el plan de partido su equipo con un cruce de cables inexplicable. En la pugna de un balón sin importancia, en el centro del campo, se revolvió contra Cubarsí y le clavó los tacos desde el suelo. El árbitro no dudó ni un segundo y expulsó al capitán del equipo de Ibai, allanando el camino de España.
Ya en cuartos de final
Si con once República Dominicana ya se refugiaba atrás, con uno menos ni que decir. Y como ocurrió en el debut, España, ayudada en este caso por la superioridad numérica, metió una marcha más, dio más fluidez al juego y encerróa los caribeños en su área a base de ocasiones. Avisó de primeras Fermín tras un buen centro de Miranda, omnipresente por la banda izquierda, antes de que Álex Baena volviera a poner por delante a los de Denia con un poco de suerte, tras desviar Urbáez su disparo desde la frontal.
Un tanto que finiquitó las esperanzas dominicanas, y que permitió respirar a una España que sentenció el choque tras otra buena jugada de Fermín, que centró al corazón del área pequeña para que Miguel Gutiérrez, a placer, remachara previa revisión del VAR, regalando a España un final de partido tranquilo. Y de paso, un tercer choque de fase de grupos relajado ante Egipto, en el que España solo se jugará, como mucho, el primer puesto del grupo y en el que Denia podrá rotar para dar descanso a sus jugadores antes de los cuartos de final, previstos para el próximo viernes.