En mi crítica de los primeros episodios de The Boys: Temporada 4 mencioné que pensaba que la serie estaba pisando una línea muy peligrosa. Después de cuatro temporadas, no parece que hayamos avanzado demasiado en el sentido narrativo, ya que los mismos problemas y cuestiones que dieron comienzo a esta serie siguen siendo el foco principal. Ahora que estamos al final de la 4ª temporada, una temporada que aparentemente es la penúltima, puedo afirmar sin temor a equivocarme que este sigue siendo el caso.
Permíteme que cambie de tema un momento y mencione que The Boys se sigue manteniendo como una serie de televisión entretenida sin mucho esfuerzo, bien producida y con buenas actuaciones. Cada vez que empiezas un episodio de The Boys, puedes estar completamente seguro de que vas a recibir una hora de televisión de calidad que engancha e incluso te hace reír, pero eso siempre ha sido así, y parte del encanto que hace especial a The Boys se está evaporando con el paso de los años.
Esta tanda de episodios parece una trama en la que realmente se consigue muy poco. Por supuesto, hay un poco más de desarrollo y crecimiento de los personajes, historia de fondo para algunas de las partes más inexplicables de la historia general, pero en términos de momentos narrativos significativos, las preguntas que teníamos al final de la tercera temporada siguen prácticamente intactas al final de la Temporada 4. Sí, hubo ese momento en el episodio final. Sí, eso tendrá amplias repercusiones en el futuro. Pero, por lo demás, podrías saltar efectivamente del final de la tercera temporada a la quinta temporada que se avecina y no haberte perdido nada de Billy Carnicero, Frenchie, Luz Estelar, Hughie, Leche Materna, Patriota o el resto de Los Siete.
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Para mí, esta es la razón por la que The Boys: Temporada 4 ha sido una de las salidas menos impresionantes de The Boys hasta la fecha. No me malinterpretes, Antony Starr sigue robándose el show como Patriota cada vez que aparece ante las cámaras, Chace Crawford sigue siendo una estrella secundaria eterna e hilarante, Karl Urban, Jack Quaid, Erin Moriarty, Tomer Capone, Karen Fukuhara, Claudia Doumit, Laz Alonso, Jessie T. Usher y el resto del reparto prosperan y siguen ofreciendo actuaciones de primera. El reparto y las interpretaciones de The Boys siempre han sido excelentes, y la cuarta temporada no falla en este aspecto.
Lo que es un poco diferente esta vez es la vulgaridad. Estamos acostumbrados a tantas escenas chocantes y muy maduras que es probable que muchos de nosotros ya estemos insensibilizados, y quizá sea precisamente ese el caso. En cualquier caso, parece que en esta temporada han reducido el factor de crudeza, ofreciendo solo unos pocos momentos que destacan a medida que avanza la trama, siendo la escena del sótano de Tek Knight la mejor de todas. Para mí, esto juega a favor de la temporada, aunque hay una clara falta de acción convincente, quizá debido al hecho de que Soldier Boy de Jensen Ackles ya no está para enfrentarse a Patriota con frecuencia.
Sigue siendo enormemente refrescante ver que The Boys funciona y actúa como un polo opuesto del manido género de los superhéroes, una serie que no teme burlarse de las tendencias sociales. Pero al mismo tiempo, esta temporada parece más perezosa y lenta que las anteriores, y no se puede negar que no tiene el mismo impacto ni ofrece los mismos momentos asombrosos con los que nos hemos familiarizado. ¿Quizás se deba a que el showrunner Eric Kripke está reservando los mejores momentos para la temporada final? Esperemos que sea así, porque The Boys está desesperada por conseguir un gran momento argumental, y eso es lo que le ha faltado a esta cuarta temporada, sin lugar a dudas.
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