Y no menos importante, la reutilización de los cohetes anima los proyectos que ultiman o desarrollan incluso quienes podrían ver amenazada su preeminencia en el mercado. El gigante franco-alemán ArianeGroup, además de financiar a empresas como MaiaSpace dispuestas a dar su opinión en el mercado de los pequeños lanzadores, promete probar el demostrador reutilizable Themis y su sistema de propulsión Prometheus ya el año que viene, mientras que Avio, además de la evolución de su línea Vega con el próximo Vega E, ya está trabajando en un cohete de dos etapas con propulsión de metano.
Las características de Ariane 6
Con un costo de unos 4,000 millones de euros (4.32 mil millones de dólares) hasta la fecha, el nuevo lanzador pesado europeo utiliza una estructura de tres etapas, de entre 56 y 62 metros de altura total y, según el carenado, cinco metros y medio de anchura, y compuesta por la etapa principal inferior, la etapa superior y dos o cuatro propulsores de combustible sólido. La etapa principal está equipada con el propulsor Vulcain 2.1, una versión mejorada y desarrollada por Arianegroup del motor de Ariane 5, alimentado por oxígeno e hidrógeno líquido (almacenados a -183 y -253 grados centígrados respectivamente) y capaz de desarrollar un empuje de 1370 kN (unas 137 toneladas) durante casi 8 minutos (468 segundos); en el momento del despegue contiene 150 toneladas de propulsantes, que se queman a razón de 327 kilogramos cada segundo.
La segunda etapa, con el nuevo motor Vinci de hidrógeno y oxígeno líquido, está diseñada para encenderse hasta cuatro veces (en la misión del 9, apenas lo hizo dos veces), desarrollando un empuje de 180 kN (unas 18 toneladas) durante 15 minutos en total. Al igual que en su debut, Ariane 6 puede transportar diferentes cargas útiles a distintas órbitas y posibilitar soluciones de lanzamiento compartido, que permiten a varios clientes compartir el mismo lanzamiento y reducir así los costos.
Una vez plenamente operativo, Ariane 6 podrá explotar dos configuraciones: la primera, denominada Ariane 62, monta dos P120C, es decir, boosters compartidos con Vega C. Esta fue la configuración de la misión del 9 de julio. La segunda, Ariane 64, empleará cuatro boosters. Cada P120C es capaz de desarrollar un empuje de 4500 kN (unas 450 toneladas) durante 130 segundos, separándose del núcleo central a una altitud de 53 kilómetros.
Con un peso al despegue de 540 toneladas y un empuje de 8,000 kN, Ariane 62 puede transportar cargas de hasta 10 toneladas y 300 kilos hasta la órbita baja (o LEO, entre 300 y 1000 kilómetros de altitud). En cambio, puede lanzar pesos de hasta 4.5 toneladas a la órbita geoestacionaria (o GEO, a 36,000 kilómetros de altitud). Ariane 64, que al despegar pesará 870 toneladas y utilizará un empuje de 15,400 kN, podrá poner en órbita LEO de hasta 21 toneladas y 600 kilos, mientras que en órbita GEO podrá lanzar 11 toneladas y media.
Ariane 6, que es un programa de la ESA (responsable de la arquitectura global del sistema de lanzamiento y de la financiamiento de todo el programa), contó con el apoyo financiero de Francia en un 55.6% de su costo, de Alemania en un 20.8%, de Italia en un 7.7% y del resto de otros diez países europeos. Como contratista principal industrial y autoridad de diseño del lanzador, ArianeGroup es responsable de su desarrollo y producción con sus socios industriales, así como de su comercialización a través de su filial Arianespace. CNES, la agencia espacial francesa, es contratista principal y autoridad de diseño del complejo de lanzamiento Ariane 6, y responsable de la construcción y explotación de la rampa de Kourou.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.