La última vez que se trató el asunto fue en una conversación telefónica entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y el presidente español Pedro Sánchez, confirman a EL PERIÓDICO fuentes conocedoras de la negociación. Era el último contacto antes de la firma en Moncloa del acuerdo de defensa entre los dos países. Y el resultado fue el mismo: Ucrania deberá esperar aún en su petición de que España le preste la batería Patriot que tiene colocada, hasta ahora sin más efecto que la disuasión, en las proximidades de la base aérea turca de Incirlik.
De todas las solicitudes infructuosas de material defensivo formuladas por Ucrania al Gobierno español, esta es la que menos trasciende, a pesar de que no es nueva. Defensa tiene desplegado un tercio de su capacidad de defensa antiaérea Patriot para la defensa de la más importante base aérea turca y de la ciudad de Adana, de un millón y medio de habitantes, a menos de 100 kilómetros de la frontera norte de Siria.
De hecho ese emplazamiento, y la importancia clave de la base turca en el mapa OTAN de fuerzas aéreas, fue la razón que motivó la misión, que para el ejército español se denomina Operación Apoyo a Turquía, y que en la OTAN enmarcó en su día en la misión Active Fence.
Peligro sirio
Seis lanzadores M-901 de cuatro tubos embarcados en camiones, un puesto de mando y control, un radar y diversos generadores de energía eléctrica, todo ello operado por rotaciones de un máximo de 150 militares es toda la dotación de esta misión. Hay además un número no comunicado de misiles PAC 2 (Patriot Advanced Capability) enviados al otro extremo del Mediterráneo. Fue la carga que llevaron los buques Martín Posadillo y Camino Español de la Armada en enero de 2015 para iniciar el despliegue.
Cuando ya está próximo el X aniversario de la operación, en nueve años y siete meses de misión no ha sido necesario neutralizar ningún ataque aéreo; no ha llegado a Adana ningún cohete lanzado desde Siria o Irak, ni ningún misil balístico que pudiera tener su origen en algún otro punto de Oriente Medio. Y ese es el detalle que los ucranianos más tienen en cuenta a la hora de repetir su pedido: en su opinión la batería Patriot española está sin uso.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, volvió a agradecer a España la cesión de una de sus baterías Patriot durante la Reunión de Alto Nivel celebrada en el Palacio de la Moncloa el pasado 13 de junio. En la rueda de prensa conjunta, Pedro Sánchez evitó que el jefe del Estado turco respondiera a una pregunta de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA sobre si estaría dispuesto a cederle esa batería al presidente ucraniano para defenderse de Rusia. El presidente español tomó la palabra que correspondía al turco para asegurar que la batería se quedará en Turquía, informa Mario Saavedra.
En agosto de 2014, según el relato oficial que de esta misión hace el Estado Mayor de la Defensa, el comandante del SACEUR, mando de la Alianza Atlántica en Europa, pidió a España que colocara en el flanco turco una de las baterías Patriot que acababa de comprar de segunda mano a Alemania. Entonces estaba activa la guerra occidental contra el Estado Islámico en territorios sirio e irakí, y un ataque contra Adana o la cercana base de Incirlik era muy estimable en las previsiones de la OTAN.
La misión es por tanto un compromiso español con la OTAN y su modificación o finalización “no depende solo de una decisión española”, argumentan fuentes militares consultadas, que, mirando a Irán, discrepan de la falta de utilidad de ese despliegue. Una de las fuentes consultadas lo considera “estratégico”.
Tres baterías
Pero no es el único compromiso de España con sus aliados. Las mismas fuentes militares corroboran a EL PERIÓDICO que desde dos meses se ha incrementado la presión de diversos estados OTAN sobre España para que envíe más defensas antiaéreas a Ucrania.
Antes, durante los meses de abril y mayo, delegaciones de España y Ucrania trataron también el asunto. Fue a iniciativa ucraniana, y de nuevo sin fruto: “Pero no vamos a preguntar cien veces”, comenta una fuente próxima al gobierno de Kiev. El interés se ha reactivado a finales de junio, después del anuncio, confirmado por el rey Felipe VI, de que España reforzará la defensa antiaérea báltica desplegando lanzadores de misiles NASAMS en Estonia.
Actualmente, España posee tres baterías Patriot, todas en el Grupo Patriot del Regimiento de Artillería Antiaérea 73 de Marines (Valencia). Cada batería se compone de seis lanzadores. En Turquía, actualmente opera la bateria enviada el XX relevo del regimiento, bajo mando de un teniente coronel.
Ucrania tiene actualmente seis baterías Patriot en su territorio. Tres de ellas son alemanas, con lo que Berlín ha cedido al país invadido por Rusia la cuarta parte de toda su capacidad Patriot. Además, están operativas en el frente una batería cecida por Holanda, otra de Rumanía y otra más de Estados Unidos.
Según informó Financial Times el pasado 27 de junio, Estados Unidos media con Israel para la cesión a Ucrania de ocho baterías Patriot que Tel Aviv tenía decidido desmantelar.
Más Patriot para España
El pasado 25 de junio, el Gobierno dio via libre a la compra a diversas firmas norteamericanas -Raytheon y Lokheed Martin son la principales- de todo un programa de “modernización” para el sistema Patriot español por 2.382 millones de euros. El Departamento de Estado norteamericano tiene aprobada la venta a España de cuatro baterías nuevas con misiles PAC3, la última versión de los Patriot. Esta compra supone para Defensa adquierir 24 nuevas estaciones de lanzamiento y un máximo de 51 misiles -a poco más de un millón de euros cada uno- autorizado por Washington.
La diferencia principal de los nuevos misiles con respecto a los viejos es su ojiva o cabeza. Los Patriot viejos estallan junto a su objetivo, arrojándole metralla; los nuevos, de la versión 3, golpean directamente al misil, dron o avión que haya sido fijado como objetivo por la estación de control.
Ucrania, bajo una dura campaña rusa de bombardeos de infraestructuras civiles, sobre todo energéticas, convirtió en clamor sus peticiones de ayuda para la defensa antiaérea después de que fuerzas estadounidenses y británicas ayudaran a Israel a desplegar una eficaz “cúpula de hierro” defensiva contra un ataque de misiles y drones de Irán el pasado 13 de abril.