Publicado:
1 jul 2024 00:49 GMT

Los partidarios de Macron y la coalición de izquierdas temen una victoria de la extrema derecha y han pedido a sus candidatos que han quedado en tercer lugar que se retiren para prevenir una victoria de Agrupación Nacional. Entretanto, los ciudadanos franceses salen a las calles para protestar.

En Francia ha concluido la primera vuelta de las elecciones extraordinarias a la Asamblea Nacional, con la victoria de las fuerzas de extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), lideradas por Marine Le Pen y Jordan Bardella. 

Su partido ha obtenido alrededor del 33,5 % al final del recuento, casi duplicando su resultado de las elecciones de 2022. En segundo lugar se situó la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, que obtuvo el 28,1 %. Por su parte, la coalición del presidente Emmanuel Macron ha quedado en tercera posición con el 20,7 % de los votos. Así, Francia deberá votar otra vez, en una segunda vuelta programada para el 7 de julio.

El triunfo de la extrema derecha

“La democracia se ha pronunciado”, reaccionó Marine Le Pen a la victoria de su partido. Según ella, el resultado de la votación indica que los votantes “han demostrado su deseo de pasar página tras siete años de gobierno despectivo y corrosivo de Emmanuel Macron”.

En caso de una victoria de RN en la segunda vuelta, el líder del partido, Jordan Bardella, podría llegar a ser el siguiente primer ministro. El político declaró: “Seré el primer ministro de todos los franceses”. Comentando los resultados de las elecciones, Bardella dijo que los ciudadanos del país respondieron a la petición de votar “con el mayor nivel de participación electoral de los últimos 40 años”. “La respuesta es inequívoca y el mensaje es claro: pedir cambio“, indicó.

Prevenir a toda costa una victoria de la extrema derecha

A su vez, la perspectiva de un gobierno de extrema derecha ha suscitado preocupaciones entre la izquierda y los partidarios de Macron, lo que les ha llevado a empezar a debatir la estrategia de sus partidos de cara a la segunda vuelta de las elecciones del 7 de julio para evitar que la extrema derecha consiga la mayoría absoluta. 

Casi inmediatamente después de conocerse los primeros resultados, el presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamamiento a la unidad contra la extrema derecha. “Frente a la Agrupación Nacional, ha llegado el momento de una amplia concentración, claramente democrática y republicana, para la segunda vuelta”, afirmó el mandatario en una declaración enviada a los medios.

En la misma línea se pronunció el líder de la coalición presidencial, el actual primer ministro, Gabriel Attal. “La lección de esta noche es que la extrema derecha está a las puertas del poder”, advirtió Attal. El primer ministro anunció que los candidatos de la coalición gubernamental que han quedado en tercer puesto tendrían que retirarse para apoyar a “otro candidato que, como nosotros, defienda los valores de la República”.

Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, que es una de las mayores fuerzas de la coalición de izquierdas, pidió a sus candidatos que han quedado en tercer lugar que se retiraran y apoyaran a las fuerzas alternativas a la extrema derecha. En caso de empate a tres, y en caso de que un candidato de izquierdas haya quedado tercero y el de RN primero, “retiraremos nuestra candidatura, sea cual sea, en cualquier circunstancia”, declaró el político de izquierda. 

¿Cómo se forma el Gobierno en Francia?

Según la ley, el Gobierno puede estar formado por una fuerza que obtenga mayoría absoluta, es decir, 289 votos de un total de 577. 

La segunda forma de crear un Ejecutivo consiste en pactar con otros partidos y coaliciones, pero la situación se complica porque durante la campaña había tres bloques enfrentados que no estaban dispuestos a unirse entre sí.

En otro caso, podría formarse un gobierno en minoría, que estaría sometido a mociones de censura periódicas, lo que podría dar lugar a una sucesión de gobiernos efímeros y a una crisis política en la República. 

Pueblo convulsivo

Justo después del anuncio de los resultados de las elecciones, en varias ciudades de Francia se registraron protestas masivas. Así, en París, miles de personas se concentraron en la Plaza de la República. Algunos manifestantes lanzaron fuegos artificiales, a lo que los uniformados respondieron con el empleo de gases lacrimógenos.

En Nantes, la Policía usó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

Mientras tanto, en Lyon los manifestantes provocaron incendios, lanzaron fuegos artificiales hacia los uniformados y rompieron el aparador de al menos una tienda. Las fuerzas del orden, en respuesta, emplearon también gases lacrimógenos.