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En la península de Kamchatka, en el Lejano Oriente de Rusia, un grupo de turistas emprendió una ruta de 30 kilómetros de ida y vuelta por un parque natural. El perro que les acompañaba corría a toda velocidad al principio de la excursión, pero a la vuelta estaba demasiado cansado para seguir adelante. Así que los turistas hicieron una camilla con una manta y llevaron al perro en ella.